CAPITULO 6

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El sol de la tarde se filtraba a través de las hojas de los árboles, pintando destellos dorados en el campus del instituto Eden Hells. Luego de una intensa clase de gimnasia Aida caminaba por el campus mientras jugueteaba con su cabello.

El sudor aún perlaba su frente cuando se acercó a Jackson, su novio, para darle un abrazo. Pero en lugar de sentir el consuelo familiar de sus brazos, Aida fue recibida por un aroma dulce y penetrante de perfume barato.

- Jackson, apestas - Aseguro Aida con una voz cargada de desconfianza.

Jackson se separó rápidamente de ella con una expresión llena de sorpresa.

- ¿De qué estás hablando, Aida? No sé a qué te refieres.

El corazón de Jackson se aceleró. Por un momento, Aida se sintió desolada y confundida, pero dejó el asunto de lado.

Detrás de Jackson emergió Paulina, una chica tímida y amigable que siempre parecía estar presente en los momentos más inoportunos.

- ¿Nunca te enseñaron que espiar a las personas es de mala educación, Paulina? - Inquirió Aida con desdén, sin percatarse de la conexión que existía entre ella y Jackson.

Paulina bajó la mirada, sintiendo el peso de la acusación en las palabras de Aida.

- Lo siento, Aida. No quería espiarlos.

- Seguro vernos a Jackson y a mi es lo más cerca que has estado de ver el amor - Se burla Aida - Dulce y estúpida Paulina. No te preocupes, algún día alguien te querrá - Dice Aida con una intensidad maliciosa antes de darse la vuelta y desaparecer por el pasillo tras su novio.

°°°°°

Sobre Eden Hells las nubes grises que se arremolinaban en el cielo presagiando la tormenta que estaba por desatarse. Aida avanzaba con determinación por los pasillos con la mirada fija en el objetivo que se encontraba en la cafetería. Sentía un nudo en el estómago, una mezcla de dolor y coraje que la impulsaba a hacer lo que debía. El susurro de los murmullos crecía a su paso, las miradas curiosas y expectantes se clavaban en su espalda. Todos sabían lo que estaba por suceder, y no podían apartar los ojos de la escena que estaba por desplegarse.

Al llegar a la cafetería, Aida divisó a Jackson rodeado de sus amigos, riendo y bromeando como si no hubiera un mañana. Pero hoy, su mundo se vendría abajo. Con paso firme y la cabeza en alto, Aida se acercó a la mesa donde se encontraba Jackson. Un silencio tenso se extendió a su alrededor.

- Jackson - Aida pronunció el nombre con una voz que traspasaba el dolor y la decepción acumulados. Los ojos de Jackson se encontraron con los suyos, la sorpresa reflejada en su rostro. Aida no podía permitirse flaquear en ese momento. - Hasta aquí llegamos capullo, no te quiero volver a ver.

El silencio en la cafetería era palpable, como si el tiempo se hubiera detenido por un instante. Los rostros de los estudiantes mostraban una mezcla de sorpresa, curiosidad y algo de morbo. Las palabras de Aida resonaban en el aire, desnudando una verdad incómoda que todos intuían pero que nadie se atrevía a pronunciar.

- No voy a seguir tolerando está farsa, Jackson - continuó Aida, su voz temblando ligeramente pero cargada de determinación. - Ya sé que te acostabas con Paulina.

Un murmullo se desató entre los presentes, una mezcla de asombro y curiosidad por saber qué secretos guardaba ese romance que parecía perfecto desde afuera. Jackson intentó articular palabras, pero su boca parecía seca y sus labios apenas se movían. Aida, sin esperar una respuesta que sabía que no iba a llegar, dio un paso atrás y se alejó de la mesa.

¿QUÍEN MATÓ A PAULINA? (#CPE2023)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora