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—Contigo bajo la luz... del cielo...? ¿Qué es esto?

El link de una página web y al parecer de una historia, había llegado a las notificaciones de Mo Ran. Era extraño, ya que lo último que él haría es leer y mucho menos tener notificaciones de alguna página para lectura.

—Qué, ¿Ahora lees libros?— dijo el muchacho a lado de Mo Ran con una sonrisa burlona en su rostro mientras miraba la pantalla del teléfono.

—No lo hago, es extraño que haya una notificación de estas aquí— delizando el dedo por la pantalla, borró la notificación sin darle mucha importancia — borrado, ahora... ¿Qué estaba diciendo?

—Estabas hablando de lo bien que se veía Shi Mei hoy, aunque ya me lo dijiste en la mañana y en el almuerzo...

—Oh, si, es verdad. Shi Mei se veía tan... inmaculado hoy y no te imaginas cómo podía ver brillar su sonrisa, simplemente perfecto. Además....

Mo Ran continuó hablando, mientras que su amigo, Nangong Si, lo escuchaba atentamente, sabía que diría lo mismo que hace unas horas, pero aún así prestó atención. Era la tercera vez en el día en la que hablaban de Shi Mei, pero nunca podían evitar este tema, bueno, para ser específicos, Mo Ran no podía evitar el tema. Siempre estaba pendiente de cada respiración de Shi Mei y ya era una costumbre hablar de él cada día.

—Además, me di cuenta que hoy parecía más feliz de lo usual, creo que fue después de haber hablado con Chu Wanning...— pensativo cerró los ojos tratando de recordar la expresión facial de Shi Mei y en verdad tenía un semblante más alegre a lo normal— nosé qué es lo alegre de estar con ese amargado.

—Querrás decir el maestro Chu Wanning, se más respetuoso con él, mira que te ayudó a pasar el ciclo.

—Lo sé y lo agradezco, pero eso no quita todas las veces que me ha regañado por nada, además de las veces que me ha ignorado y sin contar la cantidad de castigos que me ha puesto a lo largo de todo el ciclo. ¿Aún así dices que es buena persona?

—Mo Ran... Tú te ganaste cada uno de esos castigos, regaños y todo lo malo que sucede en relación con él, deberías ser más comprensivo con el maestro Chu, simplemente trata de ayudarte, pero tú - — antes de terminar, Mo Ran lo interrumpió algo fastidiado por sus palabras.

—Ahg, no sigas, siempre defiendes a Chu Wanning y se supone que tu amigo soy yo... Nosé porqué discuto esto contigo— no quería seguir con el tema, por lo que bajó de la mesa en donde estaba sentado y se puso de pie cargando su mochila— voy al baño— dijo caminando hacia la salida de la universidad.

—Te recuerdo que los baños están hacia la derecha— dijo mirando a Mo Ran alejarse.

—Voy a usar el baño de mi casa.

—...eso no tiene sentido — dijo su amigo dando un largo suspiro resignado.

Estaba acostumbrado a la actitud de Mo Ran y aunque era cierto que los castigos se los ganaba él, muchas veces no encontraba ninguna razón para que el maestro Chu lo ignorara. Era extraño, pero a él le parecía que el maestro Chu a veces estaba muy cansado como para lidiar con las estupideces de Mo Ran. Esa era la única razón que se le ocurría y era razonable.

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—Chu Wanning nunca toca ni una mosca, si claro. Que ganas de encontrar algún fallo en su perfecto perfil de profesor— de regreso a su casa, Mo Ran no hizo más que pensar en las palabras de Nangong Si.

Mi historia, nuestra realidadDonde viven las historias. Descúbrelo ahora