III

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Dentro de la universidad existían varios grupos de estudiantes, cada grupo se destacaba por algo en particular. En la primera mesa a lado de la entrada en la cafetería siempre se podía ver al grupo de estudiantes de contabilidad, derecho y todas esas carreras de gente seria, ellos se mantenían en su burbuja; luego estaban las 3 siguientes mesas a la derecha de la cafetería, ahí se encontraban los grupos de populares en toda la universidad, claramente una de esas mesas era de Mo Ran y sus amigos; después estaban las chicas que adoraban a Mo Ran y de alguna forma consiguieron atención de todos, menos de él, aún así estaban dentro de esas tres mesas. La última mesa, esta era del grupo que odia a Mo Ran, la competencia por así decirlo.

Más atrás se encontraban varios profesores, así mismo, en grupos y la última mesa con ventanal a un lado, al rincón de la cafetería, esa mesa era solo de Chu Wanning.

Desde que él empezó a sentarse ahí nadie más ha tocado ese lugar, es de Chu Wanning y así será hasta que alguien se atreva a sentarse ahí a esperar la llegada del maestro Chu. Nadie sabe que le hará a esa persona. Era mejor no descubrirlo.

Diferentes estudiantes dicen que el maestro Chu intentó hacer reprobar a un grupo que usó ese lugar el día que él no asistió, otros dicen que él fue hasta sus casas a reclamar por esa falta de respeto.

Todas mentira, por supuesto, ¿Quién pelea por una mesa?

La gente tenía mucha creatividad como para decir que Chu Wanning tenía el tiempo de ir hasta sus casas por una mesa, no tiene sentido.

Ese día había llegado pronto a la cafetería, dejó sus cosas es su lugar habitual y fue por un café bien cargado, la noche anterior no había dormido casi nada. Ahora estaba cansado con ojeras profundas y para colmo tenía demasiado trabajo que hacer.

Optó por ir a la cafetería esa mañana, quería ahorrarse explicaciones a sus compañeros de trabajo, cabe recalcar que no era por preocupación, sino que era para inventar chismes entre ellos; y mucho más al rector, que después de todo era el tío de Mo Ran. La cafetería era un lugar pacifico antes del almuerzo.

Encendió su laptop y mientras tomaba un sorbo del café, no pudo evitar fruncir el rostro, había olvidado poner azúcar. Suspiró y fue por una de las cucharas que se encontraban a un lado del mostrador.

—¡Buenos días!— entró saludando alguien más.

Era Mo Ran, era inevitable reconocer esa voz.

—Buenos días joven Mo— respondió amablemente la señora que se encargaba de atender la cafetería— ¿Qué lo trae por aquí?

—Vine por agua, Shi Mei tenía sed...— hasta ese momento no había notado la presencia de Chu Wanning, su sonrisa se congeló solo mirando el aspecto tan cansado que tenía— buenos días, Shizun— dijo dándole una última mirada antes de acercarse al mostrador por el agua.

Chu Wanning, por su parte, claro que escuchó ese "buenos días, Shizun", pero no tenía la capacidad de enfrentar a Mo Ran en ese momento, mucho menos cuando había venido hasta la cafetería que quedaba a varios edificios de su facultad solo por un agua para Shi Mei.

No tenía derecho a enojarse por ello y mucho menos reclamar, él no es nada de Mo Ran y por ende, eso no debería ser de su incumbencia.

Simplemente fue a su lugar y se dispuso a poner azúcar a su café ignorando completamente a Mo Ran, lo probó y solo después de toser lo poco que bebió se dio cuenta de que estuvo poniendo sal todo este tiempo.

Pensar en todo el asunto con Mo Ran lo estaba distrayendo demasiado. Suspiró nuevamente estresado.

Mo Ran, al escuchar toser al mayor giró su cabeza hacia la mesa en donde todo estaba en un desastre, el café había caído en algunas hojas y en la laptop. 

Mi historia, nuestra realidadDonde viven las historias. Descúbrelo ahora