Mi historia, nuestra realidad

XII

De nuevo, un par de golpes resonaron en la puerta.

—Shizun, ven aquí— hizo un gesto con la mano para que Wanning se acercara.

—¿Cómo dio con mi departamento? ¿L-le dijiste...?— su ceño se frunció por un segundo, pero luego reflexionó sobre lo que dijo. Confiaba en Mo Ran— Habla con él, no puede verme aquí, mucho menos contigo— empujó a Mo Ran hacia la puerta.

Wanning miró por última vez a Mo Ran y fue hasta la lavandería del departamento, no se encontraba muy lejos, pero estaba en un rincón justo para esconderse y a la vez poder escuchar lo que suceda. No quería meterse en un asunto ajeno. Sin embargo...

Tras asegurarse que Wanning se encontrara en un lugar seguro, Mo Ran fue hasta la puerta y abrió calmadamente, su rostro no delataba ninguna expresión aparte de molestia.

—A-Ran...

—¿Me puedes explicar cómo llegaste aquí?

—Vine a buscarte, ¿No es obvio?

—Me refiero al lugar.

—Ah, bueno... tu tío dijo que te podría encontrar aquí. El me dio la ubicación después de encontrarme en la cafetería solo.

Al no haber manifestado nada más que molestia desde hace ya un rato, la confusión se filtró en sus ojos sin entender lo que dijo Rong Jiu.

¿No que su tío no sabía nada de Wanning? Entonces cómo conocía ese lugar.

Su tío sabía algo y se lo estaba ocultando.

—Se supone que debería haber dicho eso, pero eres tú con quien estoy hablando, A-Ran. Yo no te oculto cosas.

Aquellas palabras hicieron que el peso en el pecho de Mo Ran se hiciera mucho más grande.

—Escucha, yo te había citado por una razón y aunque tenía planeado ir, me atrasé. Discúlpame por eso.

—No importa, sé que eres alguien ocupado.

No lo era, su trabajo terminaba a las seis en punto, pero fueron muchas las mentiras que tuvo que inventar para evitar pasar tiempo con Rong Jiu, extrañamente no se había sentido mal ninguna de esas veces hasta ese día.

—¿Qué querías hablar?

—Bueno... nosotros deberíamos romper. Antes de que digas cualquier cosa sobre que no fuiste suficiente y cosas al respecto, no es por eso.

—¿Qué...?— sus ojos se volvieron rojos al instante.

—No tiene nada que ver contigo, simplemente yo... yo no puedo ser completamente dedicado a una relación contigo.

—E-es por Chu Wanning, ¿No es así?

—No tiene nada que ver con él, yo solo quiero-

—¡Deja de mentir! ¡Shi Mei me lo dijo y yo no quise creerle! Yo... yo confié en ti. Que tan estúpido tengo que ser como para no creer en una fotografía. Editado, si claro... ¡Sabes bien lo que hizo y como usó tu nombre para esas cosas, pero tú-!

Para ese punto Rong Jiu era un mar de lágrimas, aún así el enojo era visible en sus ojos.

—Está aquí. Shi Mei dijo que estaría aquí.

Tanto Chu Wanning como Mo Ran se pusieron pálidos al escuchar lo que Rong Jiu había gritado con ira.

Si bien Shi Mei tenía parte que ver en sus vidas antes justo ahora ambos no lo habían visto en un largo tiempo. Tampoco estuvo involucrado en el incidente pasado ni nada por el estilo, incluso se había molestado con Mo Ran, pero parecía cargar más enojo con Wanning.