Capítulo 2

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Mis ojos se quedan clavados como dos dagas en el rostro de Carlos frente a mí.

—¡Carlos! —Murmuro levantándome de la cama y caminando con pasos torpes hacia él. Éste me toma de un brazo al verme titubear.

—Katrina, ¿pero qué tienes? —Veo como sus ojos me recorren de arriba a abajo. En su mirar, un toque de preocupación.

—Estoy bien. Creo que solo me han sacado más sangre de lo que debían. —Me coloco lo mejor que puedo, erguida frente a él.

—¿Te han estado desangrando? —Abre los ojos muy grandes. —¿Pero qué ocurre aquí? —Posa sus manos sobre mis hombros y se me queda viendo fijamente. Yo hago una mueca con la boca.

—Es para la hija del Rey Lobo Alpha, el lobo más fuerte que existe. Me sacan sangre y se la colocan a ella. Es una loba clase X como yo. —Exhalo recordando todo lo que he sufrido desde que llegué aquí.

—¡Es una puta locura! —Se lleva las manos a la cabeza y la mueve de lado a lado en negación.

—Pero, ¿cómo fue que llegaste aquí?¿ Cómo diste conmigo? —Coloco mi mano en su antebrazo, éste se calma y me mira por un momento.

—Como desaparecieron así de la nada y no llegaban, me estuvo muy sospechoso y comencé a investigar junto con Cristal. —Hace una pausa en su hablar. —Luego conocí a este chico... ¿cómo es que se llamaba? —Pasa sus manos por su cabello y mira al suelo entre que frunce los ojos. —¿Tobías?, no; no era Tobías. Tal vez Timothy... no, tampoco. —Posa sus dedos sobre su barbilla.

—¿Thomas? —Me aventuro a preguntar, Carlos inmediatamente me mira.

—¡Sí! ¡Thomas! —Asiente. —Espera, ¿cómo es que...? —Le interrumpo.

—No tiene importancia, solo... solo dime que sabes cómo salir de aquí. —Coloco mis manos sobre sus hombros y le sujeto con fuerza. Mis ojos clavados en los suyos.

—Bueno, técnicamente. —Vuelca los ojos. Noto un tono de inseguridad en su voz. —No tuvimos tiempo de planificarlo bien, pero sería por las tuberías de agua bajo el pozo que dan al lago. —Yo asiento.

—¿Y de dónde conseguiste esa ropa? —Una leve sonrisa en mi rostro. Creo que ya había olvidado como se sonreía.

—De un pobre infeliz que se cruzó en mi camino. —Bufa. Yo muevo mi cabeza de lado a lado en negación con una sonrisa en los labios. Ambos nos quedamos callados por unos instantes.

—¿Dónde está Cristal? —Pregunto.

—Está en el lago escondida, esperándonos. —Da media vuelta sobre su propio eje y le veo acercarse a la puerta de la habitación con cautela. Acto seguido la abre solo un poco y mira el pasillo a través de aquella ranura. —Tenemos que irnos de aquí si es que quieres salir de este lugar, Katrina. —Voltea el rostro y me mira por sobre su hombro. —¿Sabes dónde tienen a los otros? —Se me queda viendo.

—Están en las celdas, cerca del pozo. ¿No les viste cuando llegaste? Dices que viniste por las tuberías, ¿no es cierto? —Carlos asiente con la cabeza.

—Pero no les vi. ¿Segura de que siguen ahí? —Levanta una ceja. Yo me quedo en silencio por algunos segundos.

¿Y si los movieron luego de que yo matara a aquel encapuchado cuando los fui a ver?

¿Y si los movieron de lugar y ahora no sabríamos dónde están para rescatarles?

¿Qué tal se los llevaron para asesinarlos y así vengarse de mí por la muerte de aquel encapuchado?

Aramis Wolfrahan © Donde viven las historias. Descúbrelo ahora