Capítulo 16

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Todos nos quedamos perplejos viendo como John tenía su arma apuntada justo en la frente de mi hermano. Mi corazón palpitando muy fuerte dentro de mi pecho.

—¡John, estás demente! —Mi madre trata de interferir.

—¡No te muevas Suzan! —Grita el hombre apuntando ahora su arma hacia mi madre. Mi padre la toma del brazo, la hala y la coloca tras de él... protegiéndola. —¡Juro que el que mueva un solo músculo le pegaré un tiro en la cabeza! —Nos mira a todos con rencor. Los demás cazadores tras de él apuntándonos con sus rifles también.

—Son mis hijos, John. Los viste crecer. —Llora mi madre. —¿Qué pasa contigo? —Solloza.

—Nos están metiendo en problemas. Siempre es un lío cuando ellos vienen. —Su respiración agitada. Su arma apuntando a la cabeza de mi hermano. —Nosotros hicimos una alianza con ellos, los dejamos entrar a nuestra villa a pesar de lo que somos... pero siempre nos ponen en peligro cada vez que pueden. —Dice molesto.

—John, nosotros no tratamos de herir a nadie en ninguna forma posible. —Digo, mi padre sosteniéndome de un brazo para que no avanzara. —Nosotros queremos protegerles, y jamás haríamos algo que los pusiera en riesgo. —Le miro, John se me queda viendo con el entrecejo fruncido.

—Tienen que irse esta noche. —Nos mira serio. —Tienen que largarse lo antes posibles de este lugar, no los queremos aquí. —Niega con la cabeza.

—Nos iremos. —Habla Austin dando un paso hacia en frente. —Pero ahora definitivamente no podemos, ya que tendrían que abrir el arco de fuego para que pasemos y los encapuchados entraran a la villa junto con Aramis. —John en silencio, su mano temblorosa aún apuntando aquella arma contra mi hermano. —Y créeme, no querrán que Aramis entre a este lugar. —Austin le mira fijamente, veo como la expresión ruda en el rostro de John cambia por completo.

—Ya ellos se fueron. —Dice le hombre; Austin bufa.

—¿En realidad crees eso? —Alza una ceja. —Aramis y los encapuchados no dejarán este lugar hasta lograr entrar de alguna manera. —Veo como John hace una mueca con la boca y comienza a bajar lentamente el arma de la frente de mi hermano. —Mira, lo que tenemos que hacer aquí es trabajar todos juntos. —Austin hace una pequeña pausa y nos mira a todos. —Tenemos que encontrar la manera de salir de la villa sin que ellos nos vean, sin que sepan que salimos.

—Primero... —Frank levanta la mano e interrumpe al chico. —¿Pueden sacarme esta arma mortal de en frente a mi rostro? —Pregunta. John suelta un suspiro y baja aquel arma para acto seguido guardarla nuevamente en la parte posterior de su pantalón. Los demás cazadores hacen lo mismo. —Gracias. —Mi hermano suelta un suspiro.

—¿Qué sugieren entonces? —John se cruza de brazos mientras nos mira. Mi madre se sale de detrás de mi padre, corre hacia mi hermano y le abraza.

—No lo sé, tengo que pensar en algo. —Austin se pasa las manos por el cabello. —Tengo que aclararme la mente. —Hace una pequeña pausa, todos observándole. —Definitivamente, mientras ideamos un plan de cómo salir de este lugar, nadie puede entrar ni salir de la villa. Tampoco los cazadores, ni ninguna persona. —John asiente.

—Vendré dentro de unos días para ver qué han pensado, mientras tanto... —Mira a Frank de arriba a abajo. —No la caguen. —Da media vuelta, abre la puerta y se marcha.

—Ustedes... —Frank señala a los demás cazadores antes de que estos lograran marcharse. —Hablaré seriamente con cada uno luego. Ahora, lárguense de mi casa. —Les señala la puerta. Los cazadores prontamente dan la vuelta, abren la puerta y salen de la propiedad.

Aramis Wolfrahan © Donde viven las historias. Descúbrelo ahora