Mientras el encapuchado me lleva a rastras hacia fuera de la habitación, yo forcejeo con él intentando escaparme.—¡Vamos niñata, muévete o te muevo a la fuerza! —Hala de mi cabello fuertemente haciéndome soltar un chirrido de dolor. Éste empujándome de mala gana para que caminase en la dirección que él desease. Su mano sujetando con fuerza mi muñeca tras mi espalda, causándome un fuerte dolor en el brazo al estar torcido.
—¡Oye tú...! —Escucho la voz de Austin cerca de nosotros seguido de un golpe fuerte. Percibo como el agarre del encapuchado a mi persona se libera, razón por la cual me volteo sobre mi propio eje para sorprenderme al ver a Austin sobándose la mano derecha. En su rostro una clara expresión de dolor.
—Buena derecha. —Bufo; Austin me sonríe.
—¡Ahí está, tras ella! —Me señala uno de los dos encapuchados que se encontraban en la habitación. Yo me coloco en posición defensiva; Austin a mi lado.
—Ve por los demás y súbelos a las camionetas. Yo me encargo de ellos. —Veo como los encapuchados saltan por la ventana ya rota y comienzan a correr en mi dirección.
—Pero Katrina, ¿estás segura de poder con...? —Le interrumpo.
—Sí puedo. —Le miro seria. Austin asiente. —Ve ahora por ellos.
En ese mismo momento, los dos encapuchados llegan donde mí y comienzan a tratar de pegarme. Yo les esquivo los golpes tal y como había aprendido con Amaru en el templo, tal y como éste me había enseñado.
Veo con la esquina del ojo como Austin se escabulle hacia los demás chicos para irlos a buscar, los encapuchados sin darse cuenta de su presencia.
—¡Eres un dolor en las pelotas! —Dice uno de los encapuchados y le veo sacar una navaja de debajo de sus ropas. Yo doy un paso hacia atrás tomando distancia.
—¡Y ustedes son como una mosca en el trasero! —Una vez aquellas palabras salen de mi boca, ambos encapuchados se abalanzan hacia mí y comienzan a soltar entre golpes y patadas por doquier.
Yo trato de esquivar todas las que puedo, pero, puedo admitir que más de la mitad sí lograban impactarme.
Mientras peleo con aquellos dos hombres lobos, diviso en la lejanía como Austin va subiendo a los chicos, quienes se encontraban aún dormidos, a las dos camionetas. Éste tratando de ser muy sigiloso y de que los encapuchados no le vieran.
De pronto, uno de los encapuchados logra acercarse a mí lo suficiente como para pegarme un rodillazo en el abdomen y lograr dejarme sin aliento por unos momentos. Momentos los cuales el otro hombre lobo aprovecha para darme un derechazo en el rostro el cual provoca que yo me mareé, pierda el equilibrio y caiga sentada al suelo.
Siento como un líquido tibio comienza a emanar de mi nariz, bajando despacio por mi labio superior y deslizándose luego por mi barbilla. Miro el suelo frente a mí, gotas rojas cayendo desde mi rostro.
—El jefe dijo que te llevara viva, pero nunca dijo en que estado. —Ríe de forma burlona el encapuchado que tiene la navaja en su mano. Éste acercándose peligrosamente hacia mí.
Una vez el hombre se encuentra lo suficientemente cerca de mí, yo le tomo de la muñeca, le halo, y logro alzarlo por los aires. Éste sale volando y cae de espaldas al suelo. El otro inmediatamente se pone alerta e intenta agredirme.
Sin pensarlo demasiado, y con las pocas energías que me quedaban, me paro del suelo y comienzo a pelear con aquel encapuchado que tenía frente a mí.
—¡Te mataré! —Grita en posición ofensiva, yo aprovecho su debilidad para acercarme, lograr golpearle en el estómago y darle un puñetazo en la cabeza que lo deja inconsciente en el momento.
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Aramis Wolfrahan ©
Hombres Lobo[Cuarto Libro] Aramis Fenorel, loba clase X del siglo 19, hija mimada del rey lobo alpha Ronwer; y una de las almas más crueles, despiadadas y siniestras del mundo. Su crueldad es infinita, su falta de sentimientos y bondad, es imperdonable.... Su...