¡Ay! Esta imagen no sigue nuestras pautas de contenido. Para continuar la publicación, intente quitarla o subir otra.
Todos estábamos pasándola bien. Ya llevamos varios tragos encima y estaba comenzando a sentirme algo mareada, y bastante eufórica. Pero lo más peligroso, estaba comenzando a sertime corajuda; como si derepente no supiera que es la cobardía o la vergüenza.
Me movía de un lado al otro al ritmo de una canción de The Weekend que no puedo recordar el nombre. Tengo en nombre en la punta de la lengua, hasta estoy cantando la cancion, pero no recuerdo el maldito titulo. Comencé a mirar de un lado al otro con mi hiperactividad bastante alta, mientras seguía bailando sentada.
Detuve mi mirada en Sebastian mirándolo de perfil. Se veía bastante guapo y no podía dejar de mirarlo, era como si me hubiera hipnotizado y ahora me encontraba mirándolo como una boba. Cuando que el sintió mi mirada sobre el, volteo a verme. Estaba sonriendo, su sonrisa se veía tan perfecta ante mis ojos. Esa sonrisa que hacía que las odiosas mariposas en mi estómago aparecieran y mi corazón se aceleraba. Le sonreí, aún que seguro me veía como una tonta.
—¿Que paso? —Pregunto con curiosidad, ya que solo me lo quede viendo sin decir nada.
—Son muy lindos —Murmure entre risitas con dificultad para modular las palabras.
Funció el ceño y me miro confundido al no entender de lo que le estaba hablando. Yo ya nisiquiera era consciente de lo que decía o hacía, mi cabeza ya no procesaba lo que era la “vergüenza”, mi mente la desechaba automáticamente en cuanto aparecía en el intento de hacerme reaccionar
—Que tus ojos son muy lindos, Seb —Pose mis manos en sus mejillas, mientras lo miraba fijamente.
Las ganas de besarlo me sobraban, más teniéndolo así de cerca. Pero eso ya era mucho, eso era mucho hasta para mi tan alto grado de sinvergüenza, no estaba lo suficientemente alcoholizada como para siquiera intentarlo.
—Gracias —Me respondió confundido, pero aún no borraba esa sonrisa tan perfecta que tanto estaba comenzando a adorar.
—Tu también eres guapo —Apreté levemente sus mejillas. Mientras mordia mi labio inferior, conteniendome de hacer una locura mayor— Podría besarte.
Solté con tanto descaro que hasta a mi misma me sorprendió, pero Sebastian solo se reía de las cosas que decía. ¿Como era posible que una simple sonrisa lograba encenderme.
—Okay, Chiara. Ya estas muy ebria.
Negué levemente con la cabeza sin dejar de mirar como se movían sus labios cada vez que modulaba una palabra. El alcohol se me estaba subiendo cada vez más comenzando a borrarme el juicio, tenía que mantenerme lo más lúcida posible para no descontrolarme.
—Estoy perfectamente bien, Sebastian —Le sonreí coquetamente— Tu me haces sentir tan bien.
Ese recuerdo que invadió mi cabeza me hizo sentir tanta vergüenza, que deseaba que la tierra me tragara, haciendome desaparecer de la faz de la tierra ¿cuantas otras cosas ridículas y vergonzosas había echo y no recordaba? Dios mío. Anne ¿por qué me dejaste beber tanto? Apoye mi cabeza en la mesa queriendo morir. No entendía como fue que tuve el coraje de hacer cosas esas cosas. Definitivamente el alcohol, Sebatian y yo no tenemos que juntarnos nunca más en la vida.
