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Les recomiendo reproducir la canción en multimedia al séptimo párrafo, el cual dejaré señalado con un asterisco*.

Canción: Saint Bernard, de Lincoln.

Ambos chicos corrieron tan rápido como sus piernas se lo permitieron

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Ambos chicos corrieron tan rápido como sus piernas se lo permitieron. Subieron las escaleras casi volando y llegaron hasta el pasillo de su respectiva aula.

—¡No! ¡Cuidado!

Escucharon un grito al final del pasillo.

Jay aumento su velocidad para aquel estrecho camino que le parecía interminable.

Que Julieta le incomodara no significaba que la detestara. Ya era lo suficiente inestable emocionalmente como para agregarle un nuevo trauma.

La muchacha siendo aún más transtornada solo le traería problemas a Daniel. Y él no quería eso.

*Hong temía por el bienestar de Park, y como ésto le ataría a ella, porque sabía que su amigo y crush podía tener el complejo de héroe hasta por la más mínima estupidez. Y aunque adoraba eso en él, ahora mismo rogaba porque no le afectará negativamente si al entrar se toparan con alguna escena desagradable.

La puerta salió volando, con un hombre prensada a ella.

El polvo de la madera revoloteo el ambiente y el rubio freno de en seco justo a tiempo para no dar contra la persona tirada sobre la madera.

—Eres un hombre demasiado vil. —Escucharon una voz siniestra provenir del aula.

Daniel miro estupefacto tras quedarse viendo el cuerpo magullado del profesor pervertido en el suelo.

—Ju... —Estaba por gritar su nombre y atreverse a avanzar aunque sea un paso para salir del shock,  cuando una voz chillona y desesperada sonó detrás suyo.

—¡JULIETA! —JiHo paso a su lado casi sin aliento y con sus piernas casi por fallarle tras la tremenda carrera que había dado sin tener ni una pizca de condición física.

El pelinegro se quedó estático, viendo como el más bajo entro al aula, seguido de un Jay que había quedado literalmente sin palabras.

—¿Qué ocurrió? —La voz de una profesora se unió a la escena seguida de algunos alumnos y otros docentes, que al oír el ruido de destrozos, no pudieron ignorar.

Estudiantes rodearon el cuerpo del señor desmayado mientras se preguntaban que había ocurrido.

No sabía porque, pero sus piernas no respondían. ¿Y si había llegado demasiado tarde? ¿Y si fueron los gritos de dolor de Julieta los que trajeron a su salvador? ¿Y si la pequeña regordeta ahora sí querría morir? ¿Que haría?

Daniel quedó estático, siendo empujado cada vez más hacia atrás por el tumulto de gente.

Profesores entraron al aula y se escuchaba mucho barullo alrededor. Sin embargo en sus oídos solo había un pitido ensordecedor.

Entonces vio como del salón salía alguien cargando a la chica sin mostrar ningún esfuerzo debido al peso de ésta.

Jamás creyó que él llegaría a ayudar siendo totalmente ajeno a la vida de la muchacha violentada.

Pasaron a su lado, y noto como Julieta temblaba en los brazos de aquel chico, escondiendo su rostro en el cuello de él.

Los siguió con la mirada con sus ojos abiertos como platos mientras recordaba la primera vez que la salvo, y como ella se refugio en su mirada. Sin embargo está vez sintió que falló enormemente, sintiendo decepción de si mismo.

Él debería ser quien la estuviera cargando, quién la hubiera auxiliado desde un principio, pero no, fue un fracasado que se porto como un tonto desatento. Y aunque en realidad no hubiera sido así, Daniel no podía hacer nada más que aplastarse a si mismo en aquél pasillo que fue desahogando mientras los estudiantes seguían a la víctima y otros se atrevían a grabar con sus celulares.

—Jaja, ¿acaso ahora todo gira entorno a esa vaca? —Escucho unas chicas a un lado suyo murmurar mientras veían la gran espalda del salvador de Julieta dirigirse a las escaleras.

—Que suerte la suya para tener a alguien como Jay preocupado por ella.

—Aunque el matón que la lleva no es un bombón.

—Que importa, esto parece sacado de un drama.

—¿Quieren callar sus asquerosas bocas? —Esas palabras las dejaron heladas.

Voltearon ofendidas y en parte algo asustadas a ver al príncipe de la preparatoria, quién ahora las veía con sumo odio.

—Insensibles. —Les dio la espalda y entro al aula donde estaban los profesores alterados discutiendo como proceder.

Vio a un costado de la entrada, donde debería estar el pupitre de la pelinegra, pero ahora toda esa fila de asientos estaba destrozada, y su mochila se encontraba al otro lado del aula.

Sintió asco al imaginar lo que pudo suceder para llegar a ese punto de violencia de parte de quien la rescató.

Recogió la mochila de Julieta y se marchó con la mirada baja y sumido en sus pensamientos.

Recogió la mochila de Julieta y se marchó con la mirada baja y sumido en sus pensamientos

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❝Losing My Religion❞  [ Daniel Park; Lookism ]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora