De todos los errores que se podían cometer para desatar una guerra, Aemond llevó a cabo el peor de todos.No sabía como sentirse, su madre y abuelo lo condenaban, estaban furiosos con él, pero su hermano le organizaba un banquete y se mostraba complacido con lo que había hecho.
Así que, luego de pasar por gritos, acusaciones y peleas, decidió ir con la única persona que prefería oírlo antes de responderle: Dabria.
Mientras el Consejo se reunía para tratar el asunto del asesinato de un príncipe, Aemond sentía paz entre las paredes de los aposentos de su hermana mayor.
--Me siento pésimo. -- Le confesó. --Mamá dijo que soy culpable de desatar la guerra,-- Dabria negó. --que todo lo que le pase a nuestra familia de ahora en más será culpa mía.-- Dijo con sincero pesar.
--No, no digas eso, shhh...-- Le acarició la mejilla. --Nada de lo que pase será tu culpa, cada uno debe hacerse responsable de sus actos y esto comenzó cuando ellos pusieron a Aegon en el trono, en ese momento declararon la guerra. No pueden esperar que tras una usurpación no haya batalla. Si ellos no hubieran hecho lo que hicieron, nada de esto habría pasado. No es tu culpa.--
Él sonrió y bajó la cabeza. --Tengo... sentimientos raros dentro de mi.-- Comenzó. --No era mi intensión matarlo, lo juro, sólo quería cobrar mi deuda y hacerlo pasar por lo mismo. Así, cada vez que se viera en el reflejo del agua, recordaría que lo que se hace, se paga.-- Hizo una pausa y la miró. --Pero cuando Vhagar lo devoró no sentí pesar, oía sus huesos romperse en las fauses de mi dragón y no sentí ni una pizca de arrepentimiento, de hecho, me sentí poderoso y complacido.-- Se relamió. --¿Soy un monstruo por eso?-- La miró con temor de que ella lo vea diferente ahora.
--¿Qué define a una persona como monstruo?-- Dabria no temía defender su opinión, pues ella era uno y lo tenía asumido. --¿Un monstruo nace así o es creado por otros?-- Él no respondió, no sabía qué decirle. --Quizás eres un monstruo que mató a otro. Todos somos algo que escondemos de los demás.--
--No todos los monstruos están en la misma línea, soy de los que se sienten bien matando.--
--Nada te garantiza que yo no sea uno también.--
--Tu no eres de ese tipo, no eres un monstruo, de eso estoy seguro.-- Afirmó convencido de lo que decía.
--Me halagas, pero nunca des por sentada a la persona que tienes a tu lado. Es un consejo.-- Suspiró y lo miró. --Tu ingenuidad en muchas cosas, te protege, hermano.--
Quizás la persona ingenua en la habitación no era precisamente su hermano...
--Puede que lo sea, pero reconozco lo que hay dentro de ti, eres la mejor persona que conozco, Dabria.--
--Oh, gracias, que amable.-- Le sonrió.
Aemond acarició su mejilla y suspiró, Dabria lo miró a los ojos. --Tengo algo que decirte.-- Estaba decidido a decirlo... hasta que la puerta se abrió y ambos se separaron inmediatamente.
--Oh... pido perdón por no haber llamado antes.-- Dijo un capa blanca. --El rey solicita la presencia del príncipe Aemond, el Consejo acaba de tomar una decisión.--
Dabria miró a su hermano y se levantó. --Debes hacerle frente a esto, yo estaré cerca, no voy a dejarte solo.-- Estiró su brazo, ofreciéndole la mano al menor. --Eres un hombre, Aemond, afronta las cosas como tal.--
El chico asintió, debía hacerse cargo.
El dolor de cabeza tomaba identidad para Otto cuando vio a su nieta entrar junto a Aemond, claramente iba a manipular al rey, quien ya estaba bastante entusiasmado con lo que su hermano había hecho, no compartía la opinión del Consejo y estaba ansioso por tener un motivo que le evite darle castigo. Esto sería pan comido para Dabria, lo sabía.
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𝚁𝚘𝚢𝚊𝚕𝚝𝚢 ༒︎𝚃𝚊𝚛𝚐𝚊𝚛𝚢𝚎𝚗 𝚟𝚜 𝙷𝚒𝚐𝚑𝚝𝚘𝚠𝚎𝚛༒︎
Random𝐏𝐞𝐫𝐦𝐢𝐭𝐢𝐫 𝐪𝐮𝐞 𝐥𝐚 𝐯𝐢𝐥𝐥𝐚𝐧𝐚 𝐜𝐮𝐞𝐧𝐭𝐞 𝐬𝐮 𝐯𝐞𝐫𝐬𝐢𝐨́𝐧 𝐝𝐞 𝐥𝐚 𝐡𝐢𝐬𝐭𝐨𝐫𝐢𝐚 𝐩𝐮𝐞𝐝𝐞 𝐯𝐨𝐥𝐯𝐞𝐫𝐥𝐚 𝐦𝐮𝐜𝐡𝐨 𝐩𝐞𝐨𝐫...