Capítulo 9

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Era la primera vez que Dabria perdía a alguien, jamás había experimentado el sentimiento que tantas veces causó en los demás y le parecía insoportable. Nunca creyó tener un apego tan fuerte hacia el Sir, era su mejor amigo y apoyo en todo lo que ella hacía, él no cuestionaba nada y cuando fue momento de elegir, la puso por encima de su hermano.

Dabria dio por sentado muchas cosas, se arrepentía de eso.

Cuando ella quería lo hacía con la misma intensidad que odiaba, por eso su amor y su venganza eran tan letales.

Que los dioses protejan a Criston Cole de su furia, porque la princesa sabía canalizar sus penas en el ingenio para hacer daño, pobre Sir...

La primogénita partió con destino a Rocadragón, tal como había anunciado y no hubo nadie que pueda hacerle cambiar de idea, ni siquiera Aemond.

Fue acompañada por tres capas doradas, eran la mejor opción para calmar los ánimos belicosos de Daemon Targaryen, pero en realidad le importaba un carajo su tío en estos momentos.

Al verla llegar, Rhaenyra se sorprendió de su aspecto: más pálida de lo normal, ojeras, cabello descuidado y sin recoger, siquiera había dormido de tanto llorar.

  --Hermana...-- Susurró. Veía claramente que le había afectado mucho más la muerte de un capa blanca que la de su propio padre. Cuando Dabria se escapó de Desembarco para darle informe del deceso del rey y entregarle su corona, se la veía en óptimas condiciones, incluso con el temporal su aspecto era impecable, a diferencia de ahora.

  --Vengo por el cuerpo de mi Sir.-- Anunció con voz débil, Daemon tenía la vista fija en ella, no decía nada, solo la observaba detenidamente, veía belleza en su dolor y fragilidad, a Dabria le sentaba la tristeza, según él.

La reina usurpada la llevó hasta donde las hermanas silenciosas lo tenían. --Me apena decir que no supe distinguirlos, esperaba que alguien llegue y me dé la solución, aunque me gustaría que sean enterrados juntos.-- Su pelirroja hermana asintió reteniendo las lágrimas y mordiéndose el labio.

Caminó hasta donde se encontraban los Cargyll y no dudó en señalar: --Es él...-- Se inclinó y soltó lágrimas mientras le acariciaba el cabello.

  --Princesa, no debe tocarlo.-- Una de las damas que lo habían preparado quiso apartarla pero Rhaenyra la detuvo con una sola seña de su mano, era su momento con él.

  --Mi Arryk...-- Se inclinó y dejó un beso en sus labios. --Te juro que voy a vengar tu muerte, y ya sé como empezar su tortura.-- Le susurró al cadáver. --Lamentará lo que te hizo.-- Soltó varias lágrimas que no podía retener más, Daemon mantenía la vista fija en ella, le gustaba verla llorar, le parecía una hermosa obra de arte teniendo en cuenta que ella siempre se mostró fuerte, altanera, fría y orgullosa.

  --¿Cómo sabes que es él?-- Le preguntó la reina, tenía curiosidad por eso, la princesa no había dudado un segundo al verlos.

  --Simplemente lo sé, reconozco a mi Sir.-- Sonrió con tristeza mientras le acariciaba la mejilla una ultima vez antes de ponerse de pie.

  --Haré que los preparen para que puedan descansar juntos.-- Comentó la reina y su hermana asintió.

  --¿Por qué te importa tanto un simple capa blanca?-- Daemon hizo su comentario innecesario pero no lo pudo evitar, salió casi inconscientemente.

  --Daemon...-- Susurró su esposa en un intento de regañarlo.

  --Eso no es algo que yo deba responderle, no le interesan mis asuntos, tío.-- Respondió mirándolo con dureza en los ojos, al consorte empezaba a gustarle cuando ella hacía eso, sentía el desafío que no desaparecía ni con una muerte de por medio.

𝚁𝚘𝚢𝚊𝚕𝚝𝚢  ༒︎𝚃𝚊𝚛𝚐𝚊𝚛𝚢𝚎𝚗 𝚟𝚜 𝙷𝚒𝚐𝚑𝚝𝚘𝚠𝚎𝚛༒︎Donde viven las historias. Descúbrelo ahora