—¡Largo de aquí!— Furioso era la descripción perfecta para el estado de Jeon en estos momentos.
— Pe-pero señor — dijo bajando la cabeza muy nerviosa.
— ¡¡No quiero saber nada, solo vete, estás despedida!!
Jeon no aguantaba más su enojo y sus ojos se tornaban un poco rojos.
Su secretaria había llegado mucho más tarde que el día anterior y mucho peor, le había mezclado todos los papeles y por eso la empresa perdió un gran contrato y millones de dólares.
Y para todos estaba más claro que para Jeon su compañía lo era todo y un error como ese nunca lo permitiría.—Está b-bien... se-señor Jeon — los ojos de la chica iban derramando lágrimas por lo ocurrido.
En eso venía entrando Namjoon a la oficina de Jungkook y al oír eso se le escapó una breve sonrisa que solo se podía notar prestando mucha atención y no es que Namjoon fuera una mala persona, pero Jin ya le había hablado sobre su amigo y quería buscar ayuda en la empresa de Jungkook, desde hace semanas que Seokjin se lo había comunicado, pero al no tener plazas disponibles en su empresa decidió ir a Jungkook lo antes posibles, deseaba complacer a su chico, sí, su chico, ya que sentía algo por él, pero pensaba que esté solo lo quería como su jefe y estaba muy equivocado.
Y sí, Jin era el secretario de Nam, pero algo que no sabía Namjoon era que Jin no quería solo una relación de Jefe–empleado, sino de algo más allá de lo laboral.
Cuando este pasó para la oficina de Jungkook tuvo que salir rápidamente por el olor tan desagradable que en ella había.
—Amigo ya cálmate — se tapa la nariz — creo que ya te tengo a tu próximo secretario.
En ese momento a Jeon no le importaba que su amigo estuviera del otro lado de la puerta, pero luego de escuchar lo último se fue tranquilizando.
—Está bien, pasa y disculpa por el desastre — dijo ya más calmado echándole una mirada a su alrededor.
— Ya te tengo a alguien para ese puesto, justo venía a preguntarte si tenías una vacante libre para un amigo de mi secretario, pero creo que llegue en un buen momento, sin ofender.
—Espero que sea bueno, sabes que no me gustan los incompetentes.
—No te preocupes, estoy seguro de que será perfecto.
Eso espero
«...»
La tarde era hermosa, el cielo naranja con alguno que otro destello dorado captaba toda la atención del rubio mientras caminaba al lado de Suga, estaban dando un pequeño paseo por cualquier lugar que sus pies los llevasen.
Después de un rato, Jimin recibió una llamada, era de Jin.
«¡¡Mimi!!— demás está decir que estaba muy emocionado»
— Dime, Jinnie — estaba ansioso, ¿el porqué?, no lo sabía.
— Mimi, ya te tengo un trabajo, parece que la espera por fin dio resultado cariño.
—¡¿En serio Hyung?! — estaba muy contento, se reflejaba en los brinquitos que daba mientras abrazaba a Yoon.
Para mucho, encontrar trabajo era algo tedioso, aburrido, insignificante.
Pero para Jimin que vio todo lo que sus padres tuvieron que arriesgar, todo el esfuerzo que hicieron para conseguir lo que hoy tienen, era un ejemplo que si o si le encantaría seguir, quería demostrarse a sí mismo que podía.