Ei y Rukkhadevata percibían algo maligno en su contraria, a pesar de que la apariencia de esta demostrará lo contrario.
El silencio sólo hizo que las cosas se pusieran más tensas.
>>Me inquieta demasiado. No lo entiendo...<< pensó Ei
Rukkhadevata observo las peculiares alas que tiene en la cabeza y no tardó en darse cuenta que no era un ser cualquiera, la arconte dendro iba atacar de inmediato pero llegó Zarina.
-Veo que ya conocieron a Columbina- comentó la Zarina llegando al lado de la mencionada
>>¿Que?...¿Acaso no se da cuenta?<< pensó Rukkhadevata viendo a Zarina con disgusto
-Espero que a Makoto no le moleste que haya traído a mi protegida a la cena. Por cierto, ¿Donde esta ella?- dijo Zarina
-¿Protegida?- cuestiono Rukkhadevata
Ei miraba el cambio drástico que dio su novia, parecía alerta y muy indignada de saber que Zarina estaba protegiendo a Columbina.
-Vuelvo a preguntar, ¿Donde esta Makoto?- dijo la Zarina seriamente
Venti se levantó del asiento, jamás estuvo inconsciente a como hizo pensar y cómo si nada respondió.
-Todavía no llega, pero aquí esta su gemela Ei recibiendo a los invitados con botellazos en la cabeza- dijo Venti
Poco después llegaron más invitados, cómo por ejemplo el arconte Geo junto la diosa Guizhon.
Columbina se sentía asqueada por dentro de ver a Dioses reunidos, ella anhela tener el rango y poder suficiente para enfrentarlos algún día. Les guardaba rencor a todo lo relacionado con Celestia por haberla expulsado a corta edad de manera cruel.
-Morax, te dije que esos vasos cuadrados no iban a venir con nosotros- dijo Guizhong
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-Le darán un toque único a nuestra cena de arcontes- dijo Morax
Rukkhadevata y Zarina seguían sin cortar la mirada una de la otra. Parecía que se estaban retando.
-jajaja pero si es mi anciano favorito- dijo Venti sonriendo y refiriéndose al arconte Geo
-¡Hola, Barbatos!- saludo Guizhong contenta
-Pueden llamarme Venti, ese es mi nuevo nombre.
-Ah con que estrenando nuevo nombre jeje- dijo Guizhong sonriendo, ella se lleva bien con el arconte anemo, pero Morax no tanto. Por lo que decide sentarse en la mesa y esperar a comer para ya irse.
Por otro lado, Morax sintió la pesadez con la que las otras dos arcontes se miraban. También se percato de que Columbina no era humana pero no le dio importancia.
Yae seguía bajo la mesa, estaba nerviosa de ser descubierta y tambien asustada por ese extraño escalofrío que sintió hace un rato atrás.
-¡Muchas gracias por invitarnos, Makoto!- dijo Guizhong a Ei, no logra distinguirlas.
