Columbina entro a su habitación privada donde acostumbra dormir sola y pasar tiempo a solas cuando lo requiere. Se acercó a un cuadro que tiene pintado el paisaje de Snezhnaya y tiene el tamaño de una puerta, la pelinegra se aseguró que su puerta principal esté cerrada para que nadie descubra el pasadizo secreto que hay detrás del cuadro.
La tercera Fatui camino por un par de minutos por aquellas escaleras subterráneas y oscuras, a su paso se iban encendiendo antorchas con fuego color escarlata. Ella llegó a donde practicaba hechizos y brujería.
-Ya todo esta listo- dijo para ella misma
Se quita su abrigo Fatui y lo deja por ahí, para sentirse más cómoda con su ropa ligera y en llevar acabo su primer ritual. Confiaba en su poder a pesar de que no lo ha fortalecido desde la destrucción de Inazuma.
Columbina preparó las velas negras y rojas a los alrededores y ella se coloco en medio de una estrella dibujada con sangre de palomas. Las cabezas de estas las hecho a un pequeño caldero que estaba frente a ella, hirviendo con agua color grisesca.
-A lo que he tenido que llegar por mis caprichos, mis anhelos más profundos...-dijo Columbina e hizo aparecer una rosa de fuego en sus manos.
Columbina recordó la escena que no se puede sacar de la cabeza desde hace tiempo. Esa vez que encontró sin querer a Signora y Arlechino compartiendo un beso apasionado, ya que ambas tienen una relación desde hace mucho tiempo. Sentía celos de cómo Signora podía expresar el amor que le tiene a su pareja con largos e intensos besos y que estos no dañan a nadie.
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Columbina hizo que la flor de fuego se convirtiera en hielo y escarcha, abrió sus ojos cómo en pocas ocasiones lo hace y miró fijamente la rosa.
-Yo te conjuro así...Fiebre de amor. Agua negra del destino
sota de copas, amor y deseo. Invocado en la luna de Escorpión- Las velas comenzaron a intestificar el fuego y el símbolo brillo color rojizo-Yo te conjuro así...-su expresión se suaviza mostrando lo que parecía ser tristeza-En esta inmensa soledad. -atrae la rosa más cerca hacia su rostro-Muriéndome por un querer
que nadie me da- las lágrimas negras de Columbina cayeron al caldero y al darle un beso a la flor de es cryo, salieron pequeñas grietas de destrucción - La flor del frío entre mis labios se quebró. Perdida en un amor no correspondido. Quisiera revivir el sentimiento y levantar la piel del mar, tierra o cielos para atraerla a mi de nuevo. Arlechino, Arlechino, Arlechino, tú cariño será sólo mío -dijo Columbina creando el poderoso Hechizo y al final arrojo esa rosa de cryo al caldero, el cual hizo una grande reacción y el agua de gris paso a rojo intenso.
Del caldero negro salieron hilos rojos para formar la unión. Unos cuantos se fueron hacia Columbina y al amarrarse en ella desaparecieron. Los otros se fueron en busca de Arlechino quien estaba fuera del palacio de la Zarina hablando con Sandrone. Los hilos también la ataron sin que sean vistos o sentidos por ella.
