Capítulo 7

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Es otra mañana con Lisa en mis brazos y mi mano se pasea con algo de dolor sobre su mejilla, sintiendo la calidez que desprende su piel, sus labios estaban algo entreabiertos y habían recuperado ya el color rosado en ellos. Habían sido días difíciles en su recuperación y aunque todo parecía marchar mejor que antes, seguía sintiendo la necesidad de estar junto a ella cada día.

Veo como sus ojos se abren poco a poco y está los posa sobre mí cuando ve que mantengo mi mano sobre su mejilla, algo avergonzado retiro mi mano, pero me detiene de inmediato, el simple toque alborota todo mi interior, miro como sus dedos entrelazan los míos y siento un calor y un cosquilleo en la zona.

- debemos echar más crema para la cicatriz le dije mientras empezaba a levantarme, sin embargo, ella me detiene con su mano.

- ¿no debería bañarme primero?, además así se va a acabar rápido – me observa con un pequeño puchero en sus labios.

- El doctor dijo que para que la marca desaparezca debes colocar la crema varias veces al día de manera constante – ella asiente con la cabeza y me levanto para tomar el frasco y me vuelvo a acercar a la cama.

Mis palabras son precisas con las indicaciones, veo sus ojos cautivadores mirarme con timidez y aunque no es la primera vez que la ayudo a aplicar la crema, ella sigue sintiéndose un poco tímida y cohibida a mi alrededor. Anteriormente, le había ayudado a curar su herida, esta tenía mejor aspecto y ya estaba más cicatrizada, sin embargo, la cicatriz que adornaba la piel de su estómago todavía tenía ese aspecto morado y delicado.

Bajo la manta y subo el vestido con delicadeza, mis ojos se desvían por sus piernas remarcando una vez más aquel recorrido que siempre hacía cuando curaba su herida. Su pálida piel brillaba y se veía tan delicada como la de una muñeca de porcelana. Cuando su estómago está completamente expuesto noto aquella marca, llevo mis dedos hasta ella, la cual tocó con delicadeza y me detengo cuando siento a Lisa tensarse, veo sus puños cerrarse a los lados de sus caderas y me toma un segundo buscar sus ojos.

Tengo el impulso de acercar mi boca hacia la zona donde alguna vez estuvo esa horrible herida, por la cual casi la pierdo y dejo un beso sobre ella, me prometí a mí mismo que cuidaría con mi vida a Lalisa Manoban y cumpliría esa promesa al pie de la letra. Busco una vez más sus ojos, tienen ese particular brillo y esa expresión sonrojada que me pone difícil todo, vuelvo a besar su cicatriz viéndola directamente a los ojos y escucho un leve sonido salir de sus labios. Aquel sonido que había escuchado anteriormente y que quería escucharlo cada vez que besara su piel y pudiera complacerla en todo lo que ella quisiera.

Me había dado cuenta de lo difícil que había sido para mí contener todo el deseo que albergaba en mi interior, deseaba a Lisa de una manera que me asustaba y el temor de perderla solo hizo que mi deseo por ella incrementara porque quería besarla, abrazarla y hacerla mía una vez que ella estuviera completamente bien.

Tomo la crema y la esparzo por la cicatriz, siento la piel de Lisa erizarse como siempre a mi toque, su estómago se hunde y su respiración se corta, alzó la vista y veo aquel brillo en sus ojos, es el mismo que he notado todos estos días cada vez que la tocó, mi garganta se seca y bajo mis ojos hacia su cuello, luego hacia sus clavículas y posteriormente hacia su pecho, siento mi pantalón apretar y mi garganta secarse.

- Jungkook – el susurro necesitado me golpea y yo solo quiero hacer una cosa.

Trago grueso y me siento a su lado, Lisa mira mis acciones así que solo subo mi mano por su estómago hasta llevarla hasta su cuello, aprieto un poco y un gemido sale de sus labios, mi cabeza explota y no pienso en mis próximas acciones, solo actuó de manera un poco impulsiva al posar mis labios sobre los suyos. La sorpresa es palpable en Lisa, quien parece confundida al inicio, pero a los pocos segundos está intentando acoplarse a los movimientos de nuestros labios, acaricio con ternura su cuello y alzo mi mano para ladear un poco la dirección de su cara.

Siento el toque cálido de su mano en mi mejilla y su caricia se siente como el toque de un ángel. Me separo uniendo su frente a la mía aún con los ojos cerrados, mi pecho explota con muchas sensaciones, abro mis ojos y ella está allí observándome en silencio en las mismas condiciones que yo me encontraba, deseándola como un loco.

- Te deseo – susurra con su respiración entrecortada y temblor en su voz.

- Yo también lo hago – respondo siguiendo mi instinto.

Y como si fuéramos un par de imanes de polos completamente opuestos, ambos nos atraemos hasta unir nuestros labios por segunda vez en aquel momento, se unen en un movimiento sincronizado, explorando más allá de lo que había sido permitido, un beso completamente diferente, lleno de necesidad, pero a la vez lleno de calma. Sentía cómo se desbordaron millones de estrellas fugaces a nuestro alrededor, Lisa me hacía sentir cálido y lleno de vida, era algo a lo que no estaba acostumbrado, pero por ella podía acostumbrarme, porque sentía que ella era la persona por la que le entregaría mi vida de ser necesario.

La ropa comienza a sobrar cuando nuestros cuerpos están llenos de calor, mis manos la desnudan con delicadeza mientras ella toca mi pecho ya descubierto, la siento temblar ante mi mirada, así que entrelazo nuestras manos y le beso el dorso antes de besar sus clavículas y bajar un poco más allá hacia su pecho. Mis manos recorren su figura calcando en mi mente la imagen de su piel, mi boca pasea por su cuello memorizando la textura suave y tersa de la zona, mis ojos graban cada expresión de su cara y sus ojos; mis oídos memorizan los dulces sonidos que salen de su boca.

La emoción en su rostro me cautiva completamente y aunque siento algo de nervios por no querer hacerle daño, ella nunca deja de verme a los ojos transmitiendo calidez y confianza en mí. Esa noche, por primera vez le hago el amor, esa noche la reclamo completamente mía.

Podía sentir mi corazón bombear a un ritmo avasallante dentro de mi pecho mientras nuestras pieles chocaban con intensidad entre sí, podía escucharla gemir y permitirme besarla todo el cuerpo, podía sentir este momento como uno de los momentos más significativos en mi vida, nada se podía comparar cuando sentía que con Lisa finalmente podía ser un hombre capaz de sentir algo de amor.

Podía sentir mi corazón bombear a un ritmo avasallante dentro de mi pecho mientras nuestras pieles chocaban con intensidad entre sí, podía escucharla gemir y permitirme besarla todo el cuerpo, podía sentir este momento como uno de los momentos más...

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YCM

Middle Of The Night ||Jeon Jungkook & Lalisa Manoban||Donde viven las historias. Descúbrelo ahora