"Te convoque, por favor ven a mi... no entierres los pensamientos que realmente quieres"
Nunca quise ser el rey, jamás lo hubiera escogido de haber tenido la posibilidad, pero el destino me tenía preparado un futuro lleno de soledad y oscuridad, sin...
Siento un bajo murmullo que proviene de la cama matrimonial y me levanto corriendo para acercarme a Lisa mientras la observo esperando que pueda abrir sus encantadores ojos miel nuevamente. El doctor me indico que debía cambiarle tres veces al día los vendajes para evitar que la herida se infectara y me entregó unas pastillas que tengo que dárselas cada que el dolor se intensifique.
Espero ansioso mientras le tomo la mano lentamente y siento su calidez arropando mi frialdad, ella logra abrir un poco sus ojos y mi nombre es lo que sale por sus labios.
- Jungkook - lo dice con una voz muy baja y rasposa, pero es porque no ha hablado en una semana aproximadamente.
- shhh, aquí estoy - le respondo igual de bajo esperando que no le moleste el que yo esté a su lado. Una pequeña sonrisa aparece en su rostro y mi corazón vuelve a latir con fuerza.
- estas bien, logré salvarte la vida - lo dice con una alegría que jamás esperé de su parte y mis ojos se humedecen.
- si te hubiera perdido mi vida también se acabaría, por favor no vuelvas a hacer eso - me tiembla la voz y ella solo aprieta nuestro agarre.
- podría dar mi vida a cambio de la tuya sin pensarlo, porque... porque te - no la dejé terminar ya que mis labios tomaron los suyos en un beso suave porque sé que no puedo ser brusco, ya habrá tiempo para el pacer.
- jamás me permitiría vivir sin ti Lisa, eres mi único motivo para seguir vivo y te prometo que de ahora en adelante te demostré todo el amor que siento por ti - dije apenas mis labios se separaron de los de mi esposa, su mirada se cristalizó y cuando una lágrima hizo aparición, la retiré con mi pulgar mientras acariciaba su mejilla.
Los días pasaron y no me aleje del lado de mi reina, aunque había momentos en los que me tenía que ausentar por cuestiones del castillo, todas las noches dormía entre mis brazos y su calidez envolvía mi alma, no puedo creer que quise perderme esto todo este tiempo. El sol aparece por la ventana y un pequeño cuerpo se mueve sobre mi pecho, es algo normal ahora el que Lisa duerma sobre mí y es una sensación que me encanta, la observo mientras respira lentamente y admiro su belleza en silencio, mi padre tenía razón, no tengo por qué perder a la única persona que me hace sentir bien y aunque tuve que aprender a las malas, jamás me alejaré de ella, de mi sol.
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