"Te convoque, por favor ven a mi... no entierres los pensamientos que realmente quieres"
Nunca quise ser el rey, jamás lo hubiera escogido de haber tenido la posibilidad, pero el destino me tenía preparado un futuro lleno de soledad y oscuridad, sin...
Desde el instante en que mis ojos se abrieron a este mundo, mi destino y futuro ya estaba escrito y aunque fue algo totalmente fuera de mi control o decisión, lo acepté, lo acepté porque no tenía más opción, lo acepté porque a mis 15 años descubrí un nuevo sentimiento, aquel sentimiento que me ha mantenido de pie hasta el día de hoy.
Lalisa Manoban fue un ángel que apareció en mi camino de oscuridad y penumbra, aquella sonrisa era mi faro de luz y aunque jamás pude reunir la fuerza necesaria para decirle o demostrarle mi amor, ella seguía siendo mi cálido sol sin saberlo.
Sé que cada día que ella despertaba y no me encontraba a su lado, era una herida más para ese hermoso corazón, pero mi terquedad siempre ganaba y prefería huir antes de demostrarme débil. La debilidad jamás ha sido considerada dentro de mi linaje, siempre hemos sido hombres fuertes y fríos, sin embargo, mi padre rompió con aquel circulo cuando conoció a mi madre.
Él venera a la reina y la considera su salvación, jamás entendí cómo podía amarla tanto a ella y a mí que soy su único hijo me desprecia, aquellos tratos solo crearon una inmensa oscuridad dentro de mí corazón y son la causa principal de mi miedo a sentir, pero Lisa ha hecho que todo cambie.
Ella con su apacible comportamiento ha hecho que quiera respirar su aire, que quiera buscarla en las noches y obtener lo que ella está dispuesta a darme, estoy totalmente a sus pies y sé que si no logro abrirme a ella la puedo llegar a perder, pero mis inseguridades me hacen cada vez más débil y prefiero ocultarme ante su calidez.
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