💧Capítulo 07💧

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Mi padre se queda quieto al fin, se llena una copa de vino y se la bebe en silencio. Miro mis manos, ambas han comenzado a temblar levemente, tomo una bocada de aire y cierro los ojos. Tengo que calmarme.

—Ahora... entiendo porque decía que la persona a la que quería era valiosa — ríe de mala gana — maldito lobo — golpea un mueble lleno de fotografías y pequeños adornos, estos se tambalean — lo peor de todo, es que... el Alpha no se quiere negar.

Cuando Leo soltó aquello, dijo que nos dejaba a solas para que pudiéramos hablar tranquilamente. Mi padre demando que no se realizara la unión, que yo debía permanecer en la manada, pues era la beta de Adara, la cual no dejo de llorar en ningún momento, y sabía que nosotras hacíamos un gran equipo. El Alpha le dio la razón, pero dijo también, que era por el bien de la manada, mi padre quedo rojo de la ira, para ayudar a que no me lleven con él, mencione mi compromiso con Pablo.

—Todos sabíamos que aquella unión jamás se llevaría a cabo, él chico no está a tu altura y tu jamás demostraste interés por él — dijo — tu padre estaba dispuesto a decirle todo esto a aquel joven.

El temblor en mis manos, baja a mis piernas. Intento calmarme, pero es una tarea imposible. No me quiero alejar de esta manada, no de esta forma.

—Es por el bien de la manada — susurra mi padre las palabras del Alpha — tenemos que pensar en la manada — ríe de malas ganas — que estupidez... si fuera su hija... — niega con la cabeza.

—Padre — lo llamo en un suspiro — no quiero irme con él — me observa y se da cuenta de lo que me está pasando.

—Respira Arya — camina hasta donde me encuentro — cuenta hasta diez e intenta calmar tu cuerpo.

Mi padre jamás fue alguien cariñoso, pero siempre se ha preocupado por mí, a su manera, pero lo ha hecho. Cuando me dio la primera crisis de ansiedad, me supo calmar a la perfección, como si hubiera hecho esto miles de veces antes.

Hago lo que me dice y unos segundos después, ya me siento mejor, aunque sé muy bien que, en cualquier momento, me dará una vez más.

—No quiero irme... — repito — no dejes que me lleven.

Toma mis manos y se las lleva a la frente, inhala profundamente y cierra sus ojos, dejándose llevar por mi aroma.

—Lo siento tanto Arya, pero esto no está en mis manos. Como beta, mi trabajo es ayudar al Alpha a tomar las mejores decisiones para la manada, orientarlo a que escoja el camino más acertado... y aun que no quiera esto, él tiene razón. Créeme, que, si fuera una manada menos fuerte que la de esos jóvenes, jamás habría aceptado sus condiciones, pero tienes que comprender, que tenerlos de nuestro lado, es lo mejor — sé que las palabras que está soltando es como beta, ya que, como padre, le molesta — vas a estar bien, yo me voy a asegurar de eso, jamás dejare que nadie te lastime, no lo hice cuando eras una niña... menos lo hare ahora, confía en mí.

Ojalá hubiera visto más veces esta versión de mi padre, me agrada y me siento más segura así, no cuando se comporta como si yo fuera el error más grande que ha cometido.

Me mantengo en silencio, él levanta la mirada, suelta mis manos y sus hermosos ojos quedan fijos en mí. En ellos veo amor, miedo y tristeza, sé que en los míos solo se refleja terror.

—Iré a hablar con el Alpha ahora, de seguro que Adara ya se ha calmado... nos vamos a reunir con aquellos dos jóvenes, vamos a llegar a un acuerdo, uno en el que salgas beneficiada.

Quiero reír en su cara, lo que está diciendo no tiene sentido ¿Cómo podría salir beneficiosa de todo esto? Me están alejando de mi lugar seguro, de mi hogar, me envían a un sitio que no conozco, a miles de kilómetros de aquí, en donde los lobos son más fríos y todo por el bien de la manada, para que aquellos les presenten su fuerza y les brinden protección de otros lobos. Yo solo soy su seguro.

Loba del AguaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora