💧Capítulo 12💧

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El restaurant al que hemos llegado, es muy hermoso y grande, hay varias personas muy bien arregladas. Mas de una joven se dio la vuelta al ver pasar a mi compañero, el cual jamás soltó mi brazo, lo cual se lo agradeceré después, pues, gracias a esto, me siento segura.

—Ahí están — me susurra en el oído, su cálido aliento golpea parte de mi piel desnuda.

Miro a la mesa que él me señala, hay cinco personas ahí, tres hombres y dos hermosas mujeres, una de ellas, se ve de mi edad, o tal vez, uno dos años mayor que yo.

—Vamos, nos esperan.

Seguimos avanzando, los ojos de aquel grupo se quedan rápidamente en nosotros, siento como mis piernas van perdiendo fuerza, pero Leo me toma con más fuerza, sé que él no me va a dejar caer, lo ha dicho antes y... le creo.

—Lamento mucho la demora, el tráfico en la ciudad es asqueroso.

—Como siempre — sonríe uno de los hombres, el cual se pone de pie rápidamente para darle la mano a Leo, el cual se la acepta sin dudar un segundo alguno — un gusto al fin conocer a la jovencita que ha cautivado el corazón de Leo Dímera, te admiro mucho por ello, soy Daniel Torres — sonríe y me da un beso en cada mejilla.

El hombre, pues se nota que pasa a todos en la mesa, pero dudo que, por mucho, tiene el cabello castaño, los ojos de un hermoso e hipnotizador color miel, se ve alto y fuerte, debe ser un gran guerrero, su sonrisa me causa tranquilidad en el cuerpo.

—Y esta hermosa jovencita es mi pareja.

—Hola, soy Paula — ella me da una hermosa sonrisa, tan cautivadora y que me provoca lo mismo que su pareja. Su cabello es negro, sus ojos son de un verde hermoso, debe medir más o menos un metro setenta y siete y se nota de lejos lo joven que es, no debe pasar los veinte años.

—Hola — intento que mi sonrisa no salga forzada — mi nombre es Arya.

—Estos de aquí son Valeria y Adel Lozano — ambos me saludan de beso y me alagan mi vestido.

La chica luce hermosa, su cabello rubio es tan lindo, sus ojos mieles muestras confianza, ella debe ser Alpha ya hace un buen tiempo, no parece alguien nueva en este mundo, es algo más baja que los demás, un metro sesenta y cinco tal vez, no luce alguien muy mayor, tal vez unos veinticinco años, presiento que su pareja tiene la misma edad. Él también es de cabello rubio, pero sus ojos son verdes, es alto, musculoso y tiene una sonrisa tensa, pero no me siento incomoda ni en alerta con su mirada, se nota que no es malo y que son la pareja increíblemente hermosa de la mesa, pues ambos son realmente bellos.

—Y este de aquí es el que está quedando soltero... — Leo mira al chico que no despega la mirada de mí, su olor me trae recuerdos, pero no sé muy bien de dónde.

—Azariel Montero — se presenta dándome la mano, se la acepto rápidamente, sus ojos azules quedan clavados en mí.

—Mucho gusto — pongo fin rápidamente al contacto, pues el joven me causa incomodidad.

Se nota de lejos que es el más joven de los hombres, unos veinte años tal vez, pero también deja en claro que sabe lo que hace, que no es un Alpha novato. El chico tiene el cabello castaño desordenado, sus ojos azules no son tan lindos como los de Leo, pero no están mal, no es muy sonriente, se mantiene serio gran parte del tiempo.

—Dinos Arya ¿Cuántos años tienes? — Daniel se gana una mirada de advertencia de parte de Adel, pero este no le hace mucho caso.

—Dieciocho.

—Vaya, pero si eres una niña aun — le da una rápida mirada a Leo — le ganas por siete años Leo Dímera.

—Y tú a Paula por diez — mi compañero se sirve una copa de vino, me ofrece, pero susurro un no gracias.

La comida llega a la mesa, todos conversan de manera animada, cuentan algunas anécdotas que han tenido, al parecer los cuatro hombres en la mesa, se conocen hace mucho. Daniel, el cual es el más animado, me cuenta como era Leo de chico, a los quince años, ríe en más de una ocasión, Leo por otro lado, se mantiene gran parte en silencio, sonriéndole a sus compañeros. Luce calmado.

—¿Qué les parece si vamos por un cigarrillo? — Adel se pone de pie y los otros tres lo siguen.

—Tranquila Arya — susurra Valeria mientras se sirve una copa de vino — estas en buenas manos... y no hablo de nosotras. Leo es un buen joven, lo conozco hace ya algunos años. Él jamás te va a dejar.

—La verdad... eso es lo que menos me importa — me muerdo el labio y miro hacia la dirección en la que ellos están, puedo ver la ancha espalda de Leo — sé que no me hará mal, no llevamos mucho juntos, pero me ha respetado en todos los sentidos. Se que no es un mal hombre.

—Tu temor es si es que vas a poder estar a su altura ¿verdad? — Paula me toma la mano y me da una sonrisa débil mientras asiento con la cabeza — te entiendo muy bien, yo tengo el mismo temor y Valeria lo tuvo también años atrás — la nombrada asiente con la cabeza — es muy normal. Yo vengo de la familia más humilde de mi manada.

—Yo era hija de soldados.

—Ninguna de las dos estábamos en un gran rango, no sabíamos nada de liderazgo y ser el centro de las atenciones nos causaba incomodidad, a mi aun me parece ridículo que haya una mujer que vaya a cocinar, ordenar y hacer todo de la casa, cuando estaba acostumbrada a hacerlo. Daniel me comenzó a dar tareas de la manada de a poco y ahora agradezco que aquella mujer este ahí.

—A mi muchos de los miembros de la familia de Adel me odiaban, les molestaba que una persona como yo estuviera en aquel puesto... son cosas que pasan — se encoje de hombros — aunque la manada sea unida y no miren mal a muchos, siempre van a encontrar menos al compañero del Alpha.

—De momento no he tenido mucho contacto con los miembros de la manada de Leo... pero hay una chica...

—Siempre hay una chica — ríe de malas ganas Valeria mientras niega con la cabeza — hace años atrás, Adel se divertía de vez en cuando con una jovencita de su edad y de alto rango — juega con su copa de vino, distraída — ella estaba muy enamorada, las familias pensaban que ellos terminarían comprometidos en cualquier momento... hasta que el rubio se topó conmigo y los planes de aquellas personas se fueron a la basura. La joven me odia hasta el día de hoy, pero ¿Qué culpa tenemos nosotras? Si un Alpha quiere a una joven, esta no se puede negar... — bebe de su copa y sonríe de mala gana — he de admitir que eso me desagrada mucho, pero bueno, en nuestro caso, nos hemos llevado bien y con el tiempo nos fuimos enamorando, hasta llegar al punto que no podemos estar mucho tiempo separados, pues sentimos que no funcionamos bien — ríe — es mi mejor compañero, lo amo mucho.

—Yo aun...aun lo estoy conociendo — las mejillas de Paula se sonrojan rápidamente — no llevamos mucho tiempo, pero aspiro a que tengamos una linda relación. Daniel conmigo es bueno, me trata bien y siempre está pendiente de mí, de mis sentimientos... y si, en nuestro caso también hay una chica, pero bueno, sé que él no me dejara por ella, no le hizo caso antes ¿Por qué lo haría ahora? Confió en él.

—Y eso es lo más importante, la confianza ¿confías en Leo, Arya?

Dejo que mi mirada viaje hasta el chico, ha terminado de fumar, tiene una sonrisa tranquila en sus labios.

No llevamos mucho juntos, solo un par de días, pero me ha tratado bien y no me ha hecho sentir incomoda en ningún momento.

¿confió en él? Se que no me va a dejar sola en ningún momento, que va a estar a mi lado y que me sostendrá cuando lo necesite, pero...

—No lo sé — respondo, el chico deja sus ojos azules en los míos — pero supongo que con el tiempo lo sabre... solo, tengo que conocerlo un poco más. 

Loba del AguaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora