Eleonor de Narnia tenía una misión encomendada por el gran Aslan:Proteger a los cuatro reyes de antaño y a los Narnianos.
Y estaba totalmente dispuesta a cumplirlo.
El príncipe Caspian,el heredero al trono telmarino por derecho o al menos lo era...
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Se habían adentrado a aquella oscura y tenebrosa isla con Edmund al frente iluminando el paso con su linterna. Caminaron con cautela hasta que llegaron a una mesa donde había bastante comida servida, los hombres de la tripulación que estaban hambrientos miraron aquello como el mayor tesoro del mundo, pero los reyes y la guardiana se llevaron un susto cuando se dieron cuenta de tres cuerpos que se encontraban sentados en aquella mesa llenos de raíces que ya casi los cubrían por completo.
-Son los tres nobles-susurro Eleonor acercándose a verlos mientras Edmund los iluminaba con su linterna-Aun respiran-dijo al ver el leve movimiento que estos hacían al tomar aire
-¿Que les paso?
Caspian volteo a ver a los nobles, después miro a la comida que estaba en la mesa y a sus hombres que estaban a punto de abalanzarse sobre esta, pero los detuvo antes de que lo hicieran.
-¡No toquen la comida!-les grito el rey a lo que sus hombres lo miraron algo molestos debido a que no había comido nada bien en dos semanas-La comida fue lo que los durmió, los hechizaron
-¡Miren ahí están sus espadas!-dijo Lucy señalando las tres espadas que había sobre la mesa
Al mismo tiempo las espadas comenzaban a soltar un brillo azul al igual que la espada de Edmund que de inmediato la puso junto a las demás, de repente la estrella azul que los había guiado hasta allí comenzó a bajar para después hacerse presente una hermosa mujer.
-Bienvenidos viajeros-dijo la joven con una amable sonrisa-Yo soy Lilliandil
-Eres una estrella-dijo Caspian embelesado por la belleza de ella
-Si eso los distrae puedo cambiar mi forma...-dijo ella nerviosa
-¡No!-dijeron Caspian y Edmund al mismo tiempo
De inmediato Eleonor sintió un nudo en su estómago que se apretó más al ver como Caspian se concentraba en Lilliandil y al recordar todo lo que el rey le había dicho sobre estar juntos y formar una familia. Para ser sinceros la guardiana reconoció que aquella joven era hermosa incluso más que ella, así que supo que para cuando volviera a el mundo real porque sabía que lo haría tarde o temprano, definitivamente Caspian quedaría en buenas manos.
La chica les explico que a donde debían ir era a una isla que se encontraba justo a lo lejos con una tormenta a su alrededor donde estaba la última espada y así podrían destruir aquella bruma que los asechaba.
-Yo se mi señora que con su ayuda lograran vencer a esa maldad-dijo Lilliandil volteando a ver a Eleonor cosa que le sorprendió-Mis respetos para usted por todo lo que ha hecho por Narnia-dijo para finalizar con una reverencia y después volver a su forma de estrella y desaparecer en el cielo nocturno
-Bien podemos comer algo antes de irnos-dijo Eleonor antes de darse la vuelta y caminar lejos de ahí o mejor dicho lejos de Caspian
El cual obviamente la siguió.
-Eli...-dijo el rey corriendo detrás de ella-Eli...hazme caso...Eleonor-dijo el ya desesperado tomándola del brazo para detenerla
-¿Qué quieres?-dijo ella soltándose de aquel agarre con más brusquedad de la que le habría gustado utilizar
-¿Que te pasa?
-O no lo sé pregúntale a tu estrellita-dijo ella enojada, aunque sabía que Lilliandil no tenía la culpa de nada
-Oh...-dijo Caspian sonriendo con algo de burla-Estas celosa
Para ese instante Eleonor quería darle un puñetazo en aquella bien formada cara.
-Idiota...-susurro ella
-Quizás si soy un idiota, pero así me amas-le susurro en el oído coquetamente-Yo lo sé y tu mejor que nadie lo sabes
-Cállate antes de que...-pero antes de que pudiera terminar este la callo con un beso
Un beso que poco a poco se volvió más intenso, al principio el orgullo de Eleonor la obligaba a quererse separar de él, cosa que el rey no le permitía pues la tenía completamente inmovilizada contra su cuerpo, pero todo el orgullo de Eleonor se fue al suelo cuando sintió las manos de Caspian recorrer su cuerpo, el rey sonrió en medio del beso al sentir como ella comenzaba a ceder, aunque al principio no hubiera querido hacerlo.
-¿A caso no era un idiota?-dijo Caspian separándose un poco de ella
-Cállate-dijo ella jalándolo de la camisa para seguir besándolo- Idiota...-susurro ella al final