Eleonor de Narnia tenía una misión encomendada por el gran Aslan:Proteger a los cuatro reyes de antaño y a los Narnianos.
Y estaba totalmente dispuesta a cumplirlo.
El príncipe Caspian,el heredero al trono telmarino por derecho o al menos lo era...
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Todo estaba listo para que los reyes de antaño y la guardiana volvieran a su mundo, durante todo el día Eleonor no se encontró con Caspian y se dio cuenta de que quizás eso era lo mejor, quizás así no sería más vulnerable a quedarse.
Pronto llego la hora de irse a su hogar, ya todos se encontraban en el patio central del castillo entonces el momento que los jóvenes querían evitar a toda costa llego, era momento de despedirse.
Se despidieron de todos sus amigos mientras Peter le entregaba su espada a Caspian y Lucy se despedía con lágrimas en los ojos de su amigo Trumpkin.
-Es hora de volver a casa-dijo Peter tomando la mano de Lucy
-Descuida Lu es lo correcto-dijo Edmund calmando a su hermana menor
Eleonor que se había pasado todo el rato evitando la mirada de Caspian se acercó con lentitud a él.
-Me alegra haberte conocido-dijo ella
-Créeme que a mí también-contesto el
-Cuídalos por mi-dijo refiriéndose a los narnianos
-Te prometo que lo hare-dijo sonriendo melancólicamente
-Todo este tiempo fue un sueño, ojalá me hubiera enamorado mucho antes de ti, hubiéramos podido pasar mucho más tiempo juntos-dijo Eleonor con la mirada abajo
-Disfrute cada minuto que pase a tu lado-dijo tomando con sus manos las mejillas de la chica-Incluso cuando me querías casi asesinar-dijo provocando que la chica riera un poco-Jamás te voy a olvidar Eli
-Yo tampoco Cas-dijo abrazándolo, los dos desearon quedarse así para siempre, pero Caspian tenía un reino que gobernar y Eleonor tenia a cuatro reyes que proteger.
Se separaron y se dieron una última mirada junto con una sonrisa de despedida, Eleonor comenzó a avanzar para poder irse, cuando sintió la mano de Caspian cerrarse alrededor de su muñeca y segundos después los cálidos labios del joven sobre los suyos, Eli llevo sus manos al cuello de él acercándose más y el chico apretó su cintura levemente, era un beso tan simple, tierno y lleno de cariño que expresaba más que mil palabras y que ambos estaban esperando desde hace mucho, se separaron cuando su respiración ya no daba más, Caspian admiro a Eleonor con un brillo increíble en sus ojos.
-Cada minuto que espere valió la pena-dijo Caspian haciendo sonreír a ambos, esta vez se volvieron a abrazar y Eleonor se dirigió junto a los reyes hacia el portal que los llevaría a su mundo.
La chica miro una última vez a Caspian mientras que el con sus labios pronunciaba un "Te quiero" y ella solo contesto de igual manera un "Yo también".
De repente estaban de nuevo en el mundo real.
A Eleonor le pareció tan extraño pues no había estado un buen tiempo ahí.
-Eli, deberías venir con nosotros-dijo Lucy- El profesor Digory estará encantado de que te quedes en su casa-dijo mientras los cinco subían al metro
-Oh no-dijo Edmund rebuscando en su mochila-¿Creen que podamos volver a Narnia?, es que deje mi linterna-explico haciendo que los otros cuatro rieran
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Para cuando llegaron a la casa del profesor Digory este los recibió gustoso, incluso Eleonor sintió que lo conocía de años, él le dedicó una cálida sonrisa. no pidió ninguna explicación y la dejo quedarse con ellos.
Ya era de noche y la chica se encontraba en su habitación, se sentía tan extraña, pero se tendría que acostumbrar, aunque sintiera un gran vacío en su pecho al tener que dejar Narnia.
Estaba a punto de cambiarse para dormir cuando sintió algo en el bolsillo del vestido con el que había aparecido en el andén, saco un sobre de un papel amarillento y algo antiguo, sobre este tenía escrito el nombre de Eleonor en una perfecta caligrafía, decidió abrirlo y comenzó a leerlo.
Querida Eleonor:
Anoche mientras pensaba en que escribirte, cerré los ojos y caí en cuenta de que no tenía nada que decirte, nada que expresarte, nada que explicarte, pero también supe que exclamar palabras no es la única manera de mostrar mis emociones, anoche mis sentidos me hablaron y me di cuenta de porque no podía decirte nada, porque no podía expresarte nada, porque no podía explicarte nada, y que respuesta más sublime encontré, me di cuenta de que el sentido eras tú, porque tú eres mis emociones atadas a mi ser, enseguida expuse la razón de mi demencia poética en esta carta, me di cuenta de que te amaba y que mi vida eres tú, porque eres los latidos de mi corazón.
Por eso, aunque te vallas de mi lado siempre te llevare en mi corazón, porque si yo te llegara a olvidar entonces dejaría de existir y no encontraría mejor opción que morir.
Porque eso eres para mí, eres el aire que respiro, eres mi única razón de vivir.
