El golpe seco y resonante se hizo presente en el lugar haciendo que el resto de espectadores se viera impedido de apartar su mirada, incrédula y aterrada, del jugador de tenis que iba camino a destrozar la máquina tira pelotas. Lo cual era una atrocidad atrayente siendo que apenas llevaba tres horas en el recinto de práctica, y la máquina empezaba a mostrar signos de sobrecarga de trabajo.
Y es que, luego de haber escupido sus sentimientos a los pies de Kim Jongdae, Minseok huyó al único sitio que más o menos podía calmarlo. Sin embargo, sus ganas de anestesiar sus pensamientos y sentires lo llevaron a pensar que configurar el tira pelotas a la máxima velocidad era una gran idea. ¡Pero el error no se había debido a él! ¡Por supuesto que no! El asistente destacaba en ese deporte, a pesar de haber incursionado ya de grande, y no falló un solo pelotazo. ¡Acá el que sufría era el pobre cacharro -que ya estaba hace rato para jubilación- intentando no ceder al peso de la muerte inminente!
Para cuando su nueva ronda había finalizado, todos los socios del club suspiraron aliviados creyendo que el muchacho partiría a casa. Mas cuando Minseok recogió el reguero de bolas verdes dispuesto a mandarse una ronda más, el público temió lo peor. ¡Y no se equivocaron!
En el instante en que le exigió volver a funcionar, el artefacto perdió la batalla y se encomendó a nuestro señor, Echizen Ryoma*, príncipe del tenis, para partir al cielo de los campos de polvo de ladrillo. Y frente a la columna de humo negro que empezó a aparecer, Minseok decidió que, tal vez, darle de golpes lo resolvería. Claramente, se equivocó y eso solo lo hizo frustrarse aún peor. Ante su evidente falta de respeto ante la mortalidad tenística, los empleados del club se movilizaron para sujetarlo antes de que hiciera algo más estúpido.
-¡Qué mal que la estoy pasando!** -gritó viendo que ni practicar deportes se le daba en ese día mientras le propinaba un nuevo golpecito al finado.
-¡Señor, ya déjelo! ¡Ya está muerto! -pidieron esperando que eso lo hiciera entrar en razón.
Minseok se dejó alejar sin oponer resistencia y observó a su alrededor; socios de todas las edades y empleados tenían sus ojos pegados a él. Lentamente, la vergüenza lo invadió e hizo lo único que venía haciendo espectacular desde que despertó: huir de la escena del crimen.
-¡Cárguenlo a mi cuenta! -indicó antes de desaparecer camino a los casilleros.
Para cuando la adrenalina abandonó su cuerpo y la lógica y el pensamiento levantaron su licencia de vacaciones, Minseok ya se hallaba bañado y cambiado, panza abajo en su cama y con su nariz enterrada en la almohada. Solo quería desaparecer de la faz de la Tierra.
¡¿Cómo pudo ir a decirle toda la verdad y nada más que la verdad a Jongdae?! ¡No se suponía que fuera a confesarle su amor y mucho menos de esa manera! Pero el estúpido dibujante y toda la situación previa lo habían sacado de su eje luego de hallarse a sí mismo dibujado como un tonto. Sumado a que el enojo para con Jongdae se intensificó con creces, ya que él andaba detrás suyo pidiendo confianza cuando nunca se le cruzó por la cabeza el considerarlo para compartir su secreto. ¡Y encima! ¡Un secreto que, de haber conocido con anterioridad, le habría ahorrado un gran sufrimiento!
Minseok era consciente que el hecho de que Jongdae no estuviera enamorado ni interesado en Do Kyungsoo no cambiaba las cosas ni le daba una oportunidad real a él. Pero, definitivamente, le otorgaba tiempo para desenamorarse o adquirir la fortaleza necesaria para ver al contrario tomar de la mano a otra persona en un camino de amor eterno.
Y como si todo lo sucedido no fuera suficiente, había un hecho que ya no podía ignorar aunque se lo propusiera. Se había enamorado de Kim Jongdae. Incluso si había evitado indagar de más en sus propios sentimientos por miedo a que se salieran de control, estos habían encontrado la manera de hacer su propia senda, como las raíces de un débil árbol, hasta transformarse en un bosque frondoso que ya era imposible de ocultar.
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Complejo de soltero
FanfictionKim Jongdae se ve arrastrado al difícil mundo de las citas arregladas gracias a su poco convencional hermano y sus ganas de sacarlo de la soltería para siempre. Sin embargo, pese a haberle dado el gusto, no piensa ser tan colaborativo con la idea y...