Un Amor en Desarrollo

Capítulo 4: Práctica en el Lago Negro

Narra T/N:

Desde el momento en que me levanté esa mañana, sentí una mezcla de emoción y nerviosismo. Hoy era el día en que Draco, Tom y yo íbamos al Lago Negro para practicar y poner a prueba nuestra estrategia para el Torneo de los Tres Magos. Me dirigí hacia el punto de encuentro con paso decidido, preguntándome qué desafíos nos esperarían allí.

Al llegar al Lago Negro, encontré a Draco y Tom esperándome con expresiones determinadas en sus rostros. Nos miramos, compartiendo un sentimiento de camaradería y confianza en nuestra capacidad para enfrentar lo que sea que el torneo nos presentara.

El lago se extendía ante nosotros, tranquilo y sereno. Era un escenario perfecto para practicar y perfeccionar nuestras habilidades. Nos sumergimos en la tarea con entusiasmo, cada uno de nosotros enfocándonos en nuestras áreas de fortaleza.

Draco demostró su destreza en hechizos defensivos y duelo mágico. Sus movimientos eran rápidos y precisos, y su confianza era evidente en cada hechizo que lanzaba. Tom, por su parte, mostraba su conocimiento en el arte de la manipulación y la persuasión. Sus palabras eran cautivadoras y persuasivas, capaces de influir en las decisiones de los demás.

Yo me concentré en mi especialidad: las pociones y la inteligencia estratégica. Me aseguré de tener todos los ingredientes necesarios y seguí cada paso con precisión. Me sorprendí gratamente al ver cómo mi habilidad para resolver problemas y pensar con rapidez nos ayudaba a superar obstáculos y encontrar soluciones ingeniosas.

A medida que practicábamos, nos dimos cuenta de que nuestras fortalezas se complementaban de manera sorprendente. Nuestro trabajo en equipo se volvía más fluido y eficiente a medida que nos acostumbrábamos a las formas de actuar y pensar de los demás. Aprendimos a confiar en nuestras habilidades individuales y en la contribución de cada uno en el grupo.

A medida que el sol se ponía lentamente sobre el lago, terminamos nuestra práctica con una sensación de satisfacción y agotamiento. Sabíamos que aún había mucho trabajo por hacer, pero nos sentíamos más confiados y preparados para enfrentar los desafíos del Torneo de los Tres Magos.

Mientras caminábamos de regreso al castillo, una sensación de camaradería y amistad se afianzaba entre nosotros. A pesar de nuestras diferencias y orígenes, habíamos forjado una conexión especial basada en la confianza y el respeto mutuos.

El Torneo de los Tres Magos estaba a punto de comenzar, y nos encontrábamos más unidos y preparados que nunca. Nos esperaban pruebas difíciles y peligrosas, pero con nuestra estrategia afilada y nuestra confianza en cada uno de nosotros, estábamos listos para enfrentar cualquier desafío que se presentara en nuestro camino.