Capítulo 5: Un Frío Inesperado

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Narra T/N

Estábamos en la sala común de Slytherin, dedicados a estudiar y repasar nuestras estrategias para el Torneo de los Tres Magos. Draco y Tom estaban discutiendo animadamente sobre las posibles tácticas a utilizar en la próxima prueba. Yo tomaba notas diligentemente, absorbiendo toda la información que podía.

Sin embargo, de repente, comencé a sentir un escalofrío que me recorrió la espalda. Instintivamente, me abracé a mí misma, tratando de encontrar algo de calor. Draco notó mi incomodidad y frunció el ceño.

"T/N, ¿estás bien? Pareces estar helada", preguntó con preocupación en su voz.

Asentí, tratando de esbozar una sonrisa forzada. "Sí, solo es un poco de frío repentino. No te preocupes por mí", respondí, intentando minimizar el malestar que sentía.

Tom, que también había notado mi incomodidad, se levantó de su asiento con decisión. "No, no podemos ignorar esto. Vamos a buscar algo para que te abrigues", dijo mientras se dirigía hacia su dormitorio.

Draco me ofreció su chaqueta de quidditch sin decir una palabra, preocupado por mi bienestar. Agradecida, acepté el gesto y me envolví en ella. El cálido abrazo de la prenda me reconfortó de inmediato, pero el frío aún persistía.

Justo en ese momento, Tom regresó con una manta gruesa en las manos. La extendió cuidadosamente sobre mí, asegurándose de que estuviera completamente cubierta. Su expresión reflejaba una mezcla de preocupación y determinación.

"No puedes quedarte aquí sintiendo tanto frío", afirmó Tom con voz firme. "Vamos a llevarte a la enfermería para asegurarnos de que estés bien".

Draco asintió en acuerdo, levantándose de su asiento para apoyar mi brazo y ayudarme a ponerme de pie. Juntos, salimos de la sala común de Slytherin, dejando atrás nuestros libros y estrategias momentáneamente.

Mientras caminábamos por los pasillos del castillo, el frío parecía intensificarse. Sentía un escalofrío constante que se adentraba en mis huesos. Sin embargo, la presencia de Draco y Tom a mi lado me brindaba cierto consuelo y seguridad.

Finalmente, llegamos a la enfermería, donde la enfermera Pomfrey nos recibió con amabilidad. Ella me examinó minuciosamente y tomó medidas para asegurarse de que me recuperara del frío repentino. Mientras tanto, Draco y Tom permanecieron a mi lado, ofreciéndome su apoyo silencioso.

A medida que la calidez comenzaba a regresar a mi cuerpo y el escalofrío desaparecía lentamente, me di cuenta de lo afortunada que era de tener a estos dos compañeros en mi vida. En medio de la competencia y la intensidad del torneo, siempre encontraban tiempo para cuidar de mí.

El día llega a su fin en la enfermería, con Draco y Tom a mi lado, esperando a que me recuperara por completo. La incertidumbre y el misterio del Torneo de los Tres Magos aún estaban por delante, pero en ese momento, la amistad y el apoyo mutuo eran lo que realmente importaba.

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