Desperté a las 5 de la mañana, me parecía normal despertar a esa hora, ya estaba acostumbrado debido a la uni. Me senté en la cama para tratar de espantar el sueño, intenté moverme pero la pierna me dolía, no iba a poder ir a la universidad así.
No escuchaba ningún ruido en la casa......no era raro, siempre era yo quien se despertaba temprano para hacer el desayuno y luego levantar a los demás.
Al tratar de levantarme, los tablones de la cama empezaron a hacer mucho ruido. Traté de ver cómo iba a hacer para moverme por la casa, hasta que empecé a escuchar golpecitos en mi puerta.
— ¿Quién es? —pregunté algo extrañado.
— ............ Soy yo.....Owen.
— ......... ¿En serio te quedaste a dormir?
— Si, de verdad lamento lo que pasó anoche, quiero arreglar las cosas. ¿Puedo pasar?
— Pensé que te habías ido. —respondí con un tono completamente frío.
— Dormí en el colchón...... a tu lado.....
Giré a mi izquierda y allí estaba el colchón, bien arreglado.
Maldición, las veces que desperté, ¿eran un sueño? Maldición.
— ¡No debí dejar que te quedaras, debí haberte hechado de la casa! ¿Y sabes qué? Tienes razón ¡Soy muy confiado porque siento pena por los demás! ¡Sobretodo contigo! —alcé la voz, estaba muy enojado.
— Lo sé, te jodí demasiado anoche, no debí hacerte eso....
— Ahora tengo una duda, si hubieses sido un psicópata, ¿me habrías matado a mí o hubieras matado a todos?
— Keith.......... —lo escuchaba demasiado triste.
— No, olvidalo. No quiero saber tu respuesta.
Nos quedamos callados por un rato hasta que él decidió romper el silencio.
— Keith, te traje un regalo, me iré después de dartelo. —su voz me destrozaba.
— ¿Tiene que ver con el cuchillo con el que me querías abrirme el cuello? —trataba de no mostrar lo molesto que estaba, pero no pude contenerlo.
— Sabes que si tuviera la intención de matarte.......lo hubiera hecho ayer.......y la puerta no está cerrada con seguro.
— ................. Te juro, si te acercas a mí, te juro que te mato.
— Es-Está bien.
Abrió la puerta, mantuvo su distancia conmigo. Estaba muy decaído, incluso sus parpados los noté un poco hinchados de llorar. Aunque no pude verlos bien debido a que no quería verme a la cara.
Por mucha lástima que le tenía, debía mantenerme tranquilo ante su presencia.
No sé qué estaba haciendo dejándolo entrar, dejándolo dormir a mi lado. Dios mío, si mi hermana pudiera verme en éste momento, sin duda me diría que perdió su tiempo conmigo. Lo siento.
— Esto no se va a volver a repetir, te juro que no pasará de nuevo. —estaba desesperado.
— Dime qué quieres.
— Te traje un regalo. No espero que me perdones con eso, sólo busco ayudarte a movilizarte mejor. —salió de mi cuarto.
Esperé que no me hiciera daño con ese "regalo", aunque eso era lo que esperaba. Espero que sólo me haga daño a mi y deje tranquilo a Lana y a Sam.
Volvió a mi cuarto
— Ten. —me extendió el objeto.
— ¿Qué? ¿Unas muletas? —estaba confundido.
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Owen y los 7 Prisioneros
RandomUn grupo de amigos de la universidad pasan sus vidas con normalidad en una pequeña ciudad donde ocurre una serie de "desapariciones" que la policía camufla con desertores de dicha ciudad debido a las pocas oportunidades que ofrece. Con el pasar de...