posibilidad

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"Possibility" se reproducía en mi celular cuando me dispuse a escribir acerca de un amor imposible. Uno que tuve en mi antigua secundaria.
En ese entonces él era unos pocos centímetros más alto que yo. Su piel era mágica, pues podía tornarse blanquecina en las friolentas mañanas de diciembre, para luego volver a su verdadero tono color durazno. De ojos lo suficientemente claros como para que la miel se encele de lo endulzantes que podían llegar a ser con tan solo dirigirte la mirada.
Con lunares adornando ciertas zonas de su pequeña & delgada figura, los cuales se agrupaban en pequeñas comunidades que yo misma me encargaba de convertir en constelaciones. Uniéndolos con una línea imaginaria, cada vez que este los dejaba al descubierto, debido a lo despistado que era.

En más de una ocasión, llegué a creer que todos los príncipes del mundo lo envidiarían, debido a la preciosa sonrisa que se alojaba en aquellos delgados labios color rosa pálido. Además del fino & gracioso cabello, dos tonos más claros que el mío, con pequeñas ondulaciones formándose en su frente.
Por más de una vez, tuve la fortuna de tocarlo. Fugazmente. Sin embargo, me atrevo a decirles a los espíritus que yacen en el bosque, que yo, una simple & destrozada mortal, llegué a danzar con aquella deidad.
Así es, estos brazos, que ahora se encuentran llenos de cicatrices, producto de batallas perdidas contra mi misma, tuvieron el honor de quedar aferrados a su cintura.
Que estos oídos, quienes fueron por mucho tiempo los encargados de llevar múltiples mensaje de odio & repudio, al órgano principal de mi organismo, fueron los que lograron oír sus relajados latinos.
& que este rostro, que todos llegaron a despreciar, & que en esta época se encuentra desgarrado por el paso del tiempo, quizás no fue el primero, pero fue uno de los tantos que pudieron quedar en su pecho.

Lastimosamente aquello solo fue un espejismo de lo que realmente esperaba; un "amor desenfrenado" que pudiese hacerme olvidar mis vidas pasadas, & que no desease otra alma que no fuera la mía, para volver a experimentar esa experiencia al lado de su inolvidable compañía.
Hoy por fin abro los ojos ante este espectro, que por años alimenté con mis esperanzas & cariño.
A quien traté como un ser divino, cuando en realidad se trató de una entidad egoísta & sin sentimientos por mi, en forma de ser humano.

Tengo que admitir que no fue su culpa, sino mía, al idealizarlo demás. Viviendo con la ilusión de que en algún momento me querría con la misma intensidad con la que yo lo quise.
Le guardé un lugar en mi vida, pero hoy, hago saber que ese amor desapareció, cuando abrió su corazón. Marchitando con su estupidez aquel cariño que con mucho esfuerzo regué desde el primer día que lo conocí.

Ahora me pongo en libertad & lo dejo partir. En su tiempo me dolió, pero fue muy bonito haber convivido con él esos tres meses...

... hasta siempre.

angustia de estrellasDonde viven las historias. Descúbrelo ahora