The Party

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Se pasó toda la clase mirando por afuera de la ventana, pensando en todo lo ocurrido y preguntándose a qué se refería Sal en la nota.
Sentía el corazón desbocado al pensar en todas las posibilidades (mayormente malas) de las que se podía tratar.
Por suerte de ella, no se encontró a Sal en ninguno de los pasillos y logró volver a casa una vez las clases terminaron.

En el momento en el que puso pie en su habitación, corrió hasta su armario para encontrar algo decente que se pudiera poner para la supuesta "reunión". Sal no había especificado si se trataba de una fiesta o una simple salida de amigos, pero rogaba por que al menos hubiera más personas que sólo él y Ashe.

Al final, después de mucha deliberación, se decidió por un pequeño vestido negro con detalles de encaje y unas botas negras, y sin pensarlo mucho también tomó el suéter de Sal por si hacía frío.

Tampoco sabía exactamente a qué hora debería de estar ahí, pero decidió salir a las 8:30 pm, de las cuales se pasó casi una hora dándole vueltas a la puerta de Ashe dudando si salir corriendo de ahí. Entonces, 9:15 pm.
Por las ventanas salía una luz morada intensa, junto con el sonido ensordecedor de música a todo volumen.
La puerta ya se encontraba abierta, no se molestó en tocar.
Justo a un lado de la entrada había una mesa repleta de bebidas de todo tipo junto con algunas golosinas y chatarras. No dudo demasiado y tomó un vaso de plástico transparente color azul que parecía estar repleto de vodka.
Caminó entre la multitud esperando ver alguna cara conocida, pero no logró encontrarse con nadie que hubiese visto antes.
Tomó un gran respiro y bebió casi todo el contenido del vaso de un trago, causando que el ardor del vodka puro le pasara por la garganta.
Se limpió cualquier residuo del líquido de los labios con la parte trasera de su mano y volvió a buscar a Sal con la mirada, sin éxito.

Percibió una puerta que parecía ser la trasera al otro lado de la habitación en la que se encontraba, y al darse cuenta de que podría estar afuera, salió por ésta con un poco de dificultades al pasar por los escalones repletos de adolescentes besándose.

Antes de que pudiera ir más lejos, alguien la tomó por el brazo y le hizo darse la vuelta.

X: "Violet, ¿cierto?" -dijo una voz masculina proveniente de un chico castaño, alto y definitivamente no sobrio.-

"- Ajá." -la chica no le prestó demasiada atención y siguió paseando los ojos por el lugar-

X: "Oye... ¿Eso es vodka? No creo que deberías de tomar eso en un vaso así de grande..."

"- ¿Y a ti en qué te afecta? Si me permites, estoy buscando a alguien."

X: "Lo puedo notar. Puedo ayudarte a buscarlo... Pero vamos adentro, está lloviendo." -la chica no había notado esto último hasta que lo mencionó-

"- No necesito tu ayuda." - bebió lo que sobraba de su vaso y lo tiró al suelo para después robar el que sostenía el chico y bebérselo también-

X: "Vaya... Estás sedienta, ¿no? ¿Qué tal si voy a buscarnos un par de bebidas?"

"- Genial, vete." - Violet le dió la espalda y caminó hacia otro rincón del jardín, pero Sal no parecía encontrarse por ningún lado-

Comenzó a marearse un poco, al parecer el alcohol le había comenzado a hacer efecto.
Y al cabo de tan solo un minuto, todo el entorno le había comenzado a aturdir; la música, las luces de colores vibrantes, los gritos, toda la gente amontonada.

Se puso una mano en la frente en un ademán de hacer que dejara de girar todo a su alrededor e hizo lo posible por volver a entrar a la casa.
Estaba apunto de optar por irse de una vez, pero el chico con el que había hablado hace unos momentos volvió a aparecer frente a ella con dos vasos llenos de alguna sustancia desconocida.

"- Es que tú no te rindes nunca..."

X: "Vamos, toma una bebida conmigo. Se ve que te hace falta." "¿También quieres un cigarro?"

"- Qué más da."  -tomó la bebida de sus manos y dejó que el chico le colocara un cigarrillo ya prendido en la boca-

Volteó a sus alrededores como el último intento de encontrarse con unos ojos azules. Y para su sorpresa, esa idea se hizo realidad.

Ahí se encontraba después de tanto tiempo, al otro lado de la habitación, mirándola.

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N̶o̶ t̶h̶o̶u̶g̶h̶t̶s̶. H̶e̶a̶d̶ e̶m̶t̶y̶Donde viven las historias. Descúbrelo ahora