CAPÍTULO UNO

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Año 2023:

Kim tropezó con sus propios pies al ser empujado por un hombre mucho más alto y grande que él. Debía medir alrededor de un metro noventa. Era todo músculo, claramente no de gimnasio.

Era escoltado fuera del bar por un pasillo oscuro y maloliente hacia la parte trasera del lugar. No era el club más higiénico en el que había estado, y frecuentaba muchos esos días.

-¿Qué diablos crees que haces, maldito?
- escupió el sujeto que acababa de pararse frente a su cara. El aliento caliente golpeó su nariz, olía a alcohol. Se veía algo mayor, de unos cincuenta años tal vez más - esa es mi mujer. No puedes venir aquí y ligar con quién ya tiene dueño.

- Yo no... - Kim suspiró pesadamente sabiendo que no importaba cuánto intentara explicar la situación, él no tendría una salida fácil por lo que lo dejó estar. Un dolor de cabeza amenazaba con estallar de un segundo a otro.

- Dios - masculló haciendo una mueca. Sólo quería beber hasta que el dolor menguara o el barman lo echara, lo que sucediera primero.

Emborracharse es lo que hacía desde que Chay lo dejó hacía tres meses ya, y se largó de la isla en busca de algo.

Desde entonces, Kim se metía en constantes problemas; no que los buscará, pero venían a él como moscas a la miel. Cada vez que entraba en un bar para beber algo sucedía y él terminaba jodido.

- Maldita ironía - murmuró.

Los dos hombres lo sostenían desde atrás usando un doble bloqueo de hombros para inmovilizarlo, mientras el hombre frente a él empujaba su puño en el estómago de kim haciendo que se doblará por el dolor.

Kim cerró los ojos con fuerza mientras la bilis trepaba por la parte posterior de su garganta, las náuseas golpearon fuerte y vomitó sobre los zapatos bien lustrados del sujetó.

- Saquenlo de aquí - ordenó a los tipos que los sujetaban aún, con un claro disgustó por lo sucedido - asegúrese que no vuelva a esta Isla.

Los hombres asintieron y arrastraron a Kim hacía una camioneta, lo subieron en la parte de atrás de esta en dónde él simplemente se derrumbó.

La borrachera era demasiado y perdió el conocimiento. Cuando despertó debido a un golpe de algo helado se dió cuenta de que estaba sumergido en agua.

Los tipos acababan de arrojarlo al mar. Solo en la orilla pero empujaban su cabeza dentro de esta. El salitre hizo que le ardieran los ojos y la garganta.

Pensó en lo que debió decirle a su madre y nunca hizo, en lo que no les dijo a sus hermanos. Pensó en Chay y ese mes juntos, lo maravilloso que se sintió.

-¿Por qué? ¿por qué me dejaste solo, Chay?

Uno de los hombres cayó a la arena con un golpe seco.

Kim levantó la cabeza en cuanto se aflojo el agarré y aspiró llevando aire a sus pulmones.

El otro sujeto también cayó junto al primero solo medio segundo después.

- Vamos. De pie.

Kim estaba tan aturdido que no sabía lo que sucedía.

- Maldita sea, niño.

La voz sonaba distante. Un pitido aturdía sus oídos. Pestañeo varias veces y se concentró en quien tenía delante.

- ¿Ma, Magui? - balbuceo Kim tratando de incorporarse.

- ¿Quién más? - Magui tomó del brazo a Kim y lo jaló hacia arriba logrando que se estabilizará - debemos salir de aquí. Estarán inconscientes un par de horas, esos dardos son muy efectivos.

Dogs From Hell: Kimchay Donde viven las historias. Descúbrelo ahora