CAPÍTULO TRES

61 9 0
                                    

Porchay se removió en la cama molesto. Odiaba levantarse temprano si no era necesario y no tenía clases ya que había pedido un permiso para la boda de su hermano y kinn.

Había decidido tomarse una semana para pasar tiempo con él y disfrutar de su sobrino que no veía mucho. Salvó cuando Porsche viajaba allí para verlo.

El primer año fue difícil para él y su hermano ya que ninguno pudo viajar.

El segundo año Porsche había adoptado a Pai y este tenía problemas de salud por lo que fue difícil pero Porsche lo hizo junto a kinn y Pai antes del cumpleaños número uno de Prapai.

En ese momento fue cuando conoció al pequeño.

Era una lindura.

No llegaba a entender cómo alguien y mucho menos sus padres podrían hacerle daño a un ser indefenso al que se supone deben cuidar y proteger.

Pero ahora Pai se encontraba bien con los cuidados y el amor que Porsche y kinn le daban.

Chay estaba sorprendido al ver que su hermano se había convertido en un maravilloso y amoroso padre, pero más que nada orgulloso y feliz por él.

- Vamos. Arriba perezoso - su mejor amigo lo sacudía con fuerza, pero él se negaba a levantarse - maldita sea, Chay. Vamos a perder el avión.

- Déjame dormir un poco más
- balbuceo entre dormido Chay. Se volteó sobre su espalda y escuchó la respiración molesta de Ta - hay tiempo de sobra para llegar al aeropuerto.

- Si. Lo había, hace una hora atrás - Ta, tenía las valijas en la puerta, los boletos y pasaportes listos. Lo único que faltaba era Porchay.

-¿¡Qué!? ¿hace una hora? - eso logró llamar la atención de Chay quien se incorporó de un saltó y corrió al baño -¿Por qué no me despertaste antes? - reprendió a Ta.

- Ah, no. Ni siquiera te atrevas a lanzarme eso - Ta tomó su maleta y salió por la puerta de la habitación completamente molesto - Te espero abajo. No tardes o me voy solo. Yo si quiero ver a mis familia.

Chay cerró los ojos como si cada una de esas últimas palabras lo golpeara justo en la cara.

Sabía muy bien que no regresó a la isla, no porque no quisiera ver a su familia, si no por Kim.

La culpa de haberse marchado de ese modo le carcomía el alma. Pero también el no saber cómo llevar lo que sentía.

Chay se lavó la cara rápidamente, cepilló los dientes, vistió, peinó lo mejor que pudo y salió del pequeño, pero cómodo departamento que compartía con Ta desde que se mudaron a Tailandia para ir a la universidad.

Al bajar busco a Ta, sabía que no se iría sin él.

Ta se hallaba parado junto a un taxi con los brazos cruzados sobre su pecho esperando por él. Negó con la cabeza, parecía molesto.

Chay se apresuró y subió al coche. Viajaron al aeropuerto en un silencio incómodo.

- No tienes que ponerte irritable conmigo
- dijo - no lo hice a propósito.

Grandes ojos avellanas lo miraron llenos de enojo.

-¿Qué, crees que estoy mintiendo?

- Sé que lo haces. Soy tu mejor amigo y te conozco, Chay.

- Yo también quiero ver a mi familia
- declaró Chay sintiéndose avergonzado de qué Ta no le creyera. Sabía que era su culpa. Llevaba dos años inventando excusas para no ir a la isla - es solo que yo - se encogió de hombros sin terminar de hablar.

Dogs From Hell: Kimchay Donde viven las historias. Descúbrelo ahora