𝐊𝐢𝐥𝐥𝐞𝐫 𝐪𝐮𝐞𝐞𝐧¹ || EMMET C. ||

3.- EXPEDIENTE MÉDICO

Sonreí ampliamente cuando vi a Evander reír en el asiento de copiloto, jugando con el pequeño aparato entre sus manos.

Llevaba varios minutos recorriendo el centro de Forks en busca de algún letrero que mencionara la búsqueda de trabajadores. Cualquier cosa serviría para mí; Pero la suerte no parecía estar de mi lado hoy.

-. ¿ya podemos ir a comer algo?.- Preguntó mi pequeño, mientras echaba un vistazo a la cafetería frente a nosotros. Hice una mueca al notar su desesperación por comer, y conociendo su mal humor cuando no comía, acabé estacionando allí.

-. Claro. Puedo seguir buscando mañana.- Le dediqué una pequeña sonrisa, antes de apretar su mano e indicarle que bajara del coche.

Ambos caminamos, con él cogiendo una de mis manos, para evitar alejarnos. No había mucha gente, pero detestaba la sensación de lejanía entre ambos.

-. ¡Ven, vamos a la ventana!.- Evan jaló mi brazo apenas entramos, guiándome hasta la mesa que daba a un ventanal con vista a la carretera. Reí por su insistencia, y acabé siguiéndolo.

Cuando estuvimos en nuestros asientos ya acomodados, pude ver a la camarera acercarse con una sonrisa, teniendo una libreta entre sus manos.

-. Buenas tardes, tesoros. ¿Qué puedo ofrecerles el día de hoy?

Ambos vimos el menú que nos estaba entregando, y no tardamos en escoger.

-. Un expresso para mí, con una rebanada de tarta. Y para él un vaso de agua y una hamburguesa de queso.

Mi hermano sonrió encantado con la orden, mientras agregaba una pequeña cantidad de papas a su plato. Negué divertida, sabiendo que no podría comerse todo eso, y que acabaríamos llevando la mitad. Aún así, no podía negarme a hacerlo feliz, aún cuando fueran unos breves minutos.

Cuando la camarera se alejó de nuestra mesa, dirigí mi total atención a Evan.

-. Te conseguí una hora en el hospital.- Murmuré, ganándome una mala mirada.

-. Odio los hospitales, Anjali. No iré.

-. Oh, claro que irás. Tienes claros niveles de desnutrición, y no permitiré que te alimentes de hamburguesas usando la excusa de "estar delgado".- Acaricié su mano.- Debo saber que estás bien internamente.

Evadió por un par de minutos mi mirada, dirigiendola a todos lados menos a mí. Hice una mueca, fastidiada por su actitud. Finalmente, volvió a verme cuando la presencia de más comensales inició el viaje agitado de la mesera.

-. En ese caso. Si yo voy a una revisión, es justo que tú tengas una revisión también.

Abrí mis ojos, sorprendida por su proposición.

-. Estás tratando de excusarte para no ir. Pues te adelanto, jovencito, que no funcionará.

-. ¡Tú estas igual de enferma que yo!.- Le golpeé el brazo, ordenándole de forma no verbal que bajara la voz.- Crees que porque soy pequeño no entendía lo que pasaba. Pues estás equivocada, Anjali. Porque yo lo sé todo.

Mis ojos se aguaron al ver la preocupación en los suyos. Sabía que no había podido protegerlo de todos los ataques, y que muchos los presenció. Pero saber que estaba preocupado por mí, agitó mi corazón.

Acaricié su mano, depositando repetidos besos sobre esta, y traté de sacar mi mejor sonrisa.

-. De acuerdo. Prometo hacerme una revisión también, solo si tú vas con el doctor primero.- Alcé mis dedo meñique, esperando que entrelazara el suyo. Al cabo de unos segundos, acabó cediendo.