7.- CONFIAR

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Cuando dieron las seis de la mañana, Emmet creyó que era una hora prudente para escabullirse al cuarto donde su compañera descansaba.

Las primeras dos horas luego de que cayera dormida, Rosalie y Esme lo detenían de ir, pues luciría extraño para ella el estar siendo observada. O porque Evan lo notara y luego le dijera a su hermana.
Pero ahora ambas habían ido a cazar para combatir la sed que tendrían en el día por estar rodeadas de humanos.

Edward estaba en casa de Bella, por lo que no leería su mente y alertaría a todos sobre su plan. Jasper si lo observaba cada tanto con una sonrisa en sus labios, sintiendo la ansiedad del fortachón por ir hasta su compañera, pero estaba más ocupado leyendo el expediente conseguido de casa de los Park.

Y Alice... Ella lo estaba incitando.

-. Emmet, si no vas ahora que Carlisle entró a su despacho, no tendrás otro momento.- Se quejó la duende.- Ella acaba de despertar...

El canturreo de su hermana finalmente lo convenció, y caminó hasta las escaleras, frenando solo cuando estuvo frente al cuarto de huéspedes, aquel en el que luego pasaría toda sus noches, o las suficientes antes de que su olor desapareciera de las sábanas.

Para él tanto Anjalí como Evander eran su prioridad. Sabía que su compañera no veía a un hermano en el pequeño, sino que en su bebé, su pequeña responsabilidad. Y porque él sabía aquello, no podía dejar de preocuparse por los dos de igual forma.

Abrió poco a poco la puerta, observando poco a poco el interior de la habitación, sin necesidad de prender la luz. Su vista era mejor que la de cualquier humano, comparándose con la vista nocturna de los felinos.

Cuando sus ojos analizaron la cama, fue cuando su análisis en el cuarto se detuvo. Sentada en una de las esquinas, estaba su linda compañera, observando a la puerta con su ceño fruncido.

Supo el momento en que lo reconoció, pues rodó sus ojos y se acercó hasta él, sin hacer algún ruido que pudiera despertar el ligero sueño que Evander poseía.

-. ¿Ahora debo llamarte acosador, Fortachón?

La sonrisa en el rostro de Emmet consiguió erizarle la piel. ¿Era posible sentir eso solo con verlo? Estaba comenzando a creer que sí.

-. Puedes llamarme como tú quieras, cariño.

-. ¿Qué haces despierto a esta hora? ¿Pones alarmas para venir a verme cada hora?

No es necesario.
Estuvo cerca de soltarlo, pero se mordió la lengua.

-. Me desperté temprano, y quise echar un vistazo para ver cómo estaban. ¿Tú por qué estás despierta?

-. No puedo dormir más de cuatro horas. Siempre despierto luego de eso.- Se encogió de hombros.

Emmet ni siquiera quiso preguntar por qué su cuerpo tenía aquel reloj biológico.

-. Bueno, ya que ambos estamos despiertos... ¿Quieres hacer algo divertido?

Anjalí sonrió ampliamente, acercándose brevemente al castaño.

-. Tus padres podrían oírnos, Cullen...- Lo codeó, antes de caminar por el pasillo, dejándolo detrás.- ¿Cuál es tu cuarto? Quiero ver si tienes esposas y eso.

Emmet aguantó lo mejor que pudo su carcajada. Sin duda aquella chica era todo lo que había deseado en su compañera.

Los guió hasta el cuarto con la puerta de color negro, dejando que abriera la puerta y entrara primero.

Anjalí observó impresionada el orden que había en aquella habitación. Todo parecía meticulosamente ordenado, sin rastro de ropa en el suelo o de una cama completamente deshecha.

𝐊𝐢𝐥𝐥𝐞𝐫 𝐪𝐮𝐞𝐞𝐧¹ || EMMET C. ||Donde viven las historias. Descúbrelo ahora