INTRODUCTION

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"¿Qué es lo que crea a los monstruos?
No es la falta de miedo, o la búsqueda de una satisfacción. Es la ausencia del amor, y la necesidad de venganza."


Mi vista estaba borrosa. No recordaba con precisión o detalles qué había a mi alrededor, aunque no era realmente necesario.
Había estado muchas más veces aquí, viviendo el mismo escenario, magnificado y escalando cada vez más luego del anterior.

Ya ni siquiera podía recordar una vida sin ellos, y tampoco quería hacerlo. Pues cada uno de ellos estaba grabado en mi mente, como un recordatorio de mi infancia, de mi vida por culpa de la sociedad; Un recordatorio de lo que habían ignorado por años.

Sentí el metal estrellar contra mi cuerpo, mientras que los llantos de Evander se escuchaban a la lejanía. Sabía que debía estar chillando para que pudiera escucharlo, pues los Park habían acomodado el sótano para que el ruido fuera casi imperceptible.

Nuevamente, el cinturón del señor Park estrelló en mi piel, dejando un ardor al abandonar la zona. Sabía que estaba sangrando, y que la zona debía encontrarse morado por los golpes, pero aquello jamás los había detenido.

-. Eres una jodids zorra, mocosa.- otro golpe.- ¿Crees que no vi cómo coqueteabas con aquel hombre en la cena? Moviendo tu vulgar cuerpo, provocándole para dejarnos en vergüenza. ¡Cómo si valieras la pena!

Sus manos sostuvieron mi piel con fuerza, torciendo las zonas amoratadas, consiguiendo pequeños chillidos por mi parte.

-. Así es. Las zorras chillan, igual que como lo acabas de hacer.- Pude sentir su mano chocar con mi mejilla, en un golpe duro.- Parece que es hora de que te enseñe una lección. Haber si así aprendes a ser una buena zorra.

Nuevamente, y como ya parecía ser una rutina, sus repugnantes manos recorrieron mi cuerpo, siendo un completo asco. Reprimí las arcadas que amenazaban con salirme, sabiendo que aquello solo empeoraría la situación. Y en cambio, dejé que se divirtiera con mi humillación.

Lo había hecho por años, todo para que mi hermano no tuviera que sufrir sus castigos. Pero aún así, cuando parecían satisfechos con utilizarme a su antojo, sabía que ellos estaban buscando la excusa perfecta para castigar a mi hermano. Y no podía permitir que hicieran eso.

Evander es lo único bueno que tengo en la vida. El único recuerdo de mis padres que todavía sigue vivo, y no perdido en un avión en el medio del océano Índico. Era mi deber como hermana mayor protegerlo de todos aquellos que quisieran lastimarlo, y aquello es lo que haría.

Cuando sentí que el señor Park comenzaba a entretenerse en mis pechos, escuchando la cremallera de su pantalón ser bajada con rapidez, inicié mi plan de acción.

Con cuidado de no ser demasiado obvia, y sin saber dónde estaban apuntando sus ojos, saqué el cuchillo que había logrado robar de la cocina unas noches atrás. Sabía que ninguno se daría cuenta, pues yo era quien regularmente cocinaba. Por lo que lo oculté entre mis prendas, hasta que el momento oportuno llegara.

-. Me pregunto si tu lindo hermanito se sentirá igual de bien que tú, pequeña zorra.- Murmuró, apretando mis caderas, tratando de bajar mis pantalones.

Sonreí levemente, sin poder abrir con claridad mis ojos, a causa de la paliza que me había dado minutos atrás, y el trapo con agua que mantenía sobre mi rostro.

-. Jamás lo averiguarás.

Con toda la fuerza que mis débiles brazos me permitieron, enterré el cuchillo a un lado de su cuello, sintiendo al instante la sangre caer por mis manos, manchando mi ropa.

𝐊𝐢𝐥𝐥𝐞𝐫 𝐪𝐮𝐞𝐞𝐧¹ || EMMET C. ||Donde viven las historias. Descúbrelo ahora