El amor ha de ser cómo el agua, bendito líquido de Dios que nos da vida, el amor cómo el mar, amplio, sin horizontes ni fronteras, lleno de vida, imponente y arrasador con lo que haya en su camino, el amor cómo el río, que siempre fluyendo y nunca deteniéndose, evolucionando y envolviendo todo a su paso, dónde fluye el río la vida se acomoda a su alrededor, como venados, aves y mani gordos beben de él, así el amor donde fluye la abundancia, los cariños, y la felicidad beben de él, y gozan su camino, cómo el agua en tu grifo, podiendo servirse de su vitalidad y refugio en cada momento, cómo el agua en un envase que viaja y se amolda, cambia de forma y de velocidad, pero el agua agua es y será, sin importar su envase, así el amor cambia de formas, de hábitos o de ritmos, pero el amor amor es, puro y transparente, bendito amor que da vida y acalla la sed del alma, bendito tenerte a mi lado y que fluyamos juntos por el río de la vida