Capítulo 01. El extraño en el sótano

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—¿Estás segura de lo que viste, Nadja? —la pareja de jóvenes caminaba por el gran sótano del castillo de Liones.

—¡Por supuesto! ¡Había una persona ahí! —exclamó ella, señalando con su dedo a la lejanía.

—Así que el sueño de Bartra era verdad... —se dijo a sí mismo mientras iluminaba con una lámpara de aceite en una de sus manos, admirando la gran cueva. La princesa de cabellos cortos caminaba a su lado, abrazando su brazo libre y mirando con cautela todo, pues tenía un poco de miedo, además de que llevaba también una lámpara.

—...Edric, ¿crees que esa persona esté muerta? —el nombrado exhaló profundamente, sintiendo un pequeño escalofrío recorrer por su espalda.

—No lo sabremos hasta que lleguemos. ¿Es sólo recto? —la contraria asintió, viendo cómo a la lejanía veía esa roca de tan extraña forma donde había visto a esa persona en el suelo.

Había decidido comprobar el sueño de su hermano, por lo que se aventuró a investigar el sótano del castillo, más al ver el cuerpo de alguien en una parte, no pensó dos veces y corrió de regreso, buscando a alguien que pudiera escucharla. Tuvo mucha suerte, pues esperándola afuera se encontraba Edric, quien al verla con esa expresión tan asustada decidió ayudarle.

—E-Estaba ahí —señaló con su dedo mientras veía que el chico se acercaba a ver, ella se quedó atrás, soltando su brazo, y tratando de ver sin acercarse mucho.

Y justo en ese momento, la persona de ropas rasgadas se levantó, causando un leve respingo en ambos jóvenes que se encontraban viendo sin moverse. Se giró al sentir la luz de sus lámparas, asustándose de inmediato.

Comenzó a gritar del miedo, causando que la princesa también lo hiciera, en cambio, Edric simplemente soltó un grito ahogado, y rápidamente trató de calmarlos.

—Tranquilícense, tranquilícense —les dijo moviendo una de sus manos de arriba a abajo.

—D-De verdad me asustó —la chica fue la primera en parar de gritar, más el contrario no. El chico lo miraba con una pequeña gota de sudor en su frente.

—Lamentamos mucho haberlo asustado, pero ¿quién es usted? —preguntó para después dar unos pasos acercándose, más la persona rápidamente se levantó y escondió detrás de una roca—. ¡E-Espere! ¡No se preocupe! ¡No le haremos nada! Por favor, no tenga miedo... —le dijo mientras mantenía la distancia, tratando de no asustarlo de nuevo.

—Y-Yo... ¿les he dado miedo? —preguntó asomándose un poco, la chica entonces se acercó también, colocándose al lado de su compañero.

—Sí... pero sólo un poco —respondió ella, para después sonreírle amable.

—Ella es Nadja, y yo soy Edric —se presentó el chico, sonriéndole de igual forma, esperando darle un poco de confianza—. ¿Cuál es su nombre?

—Yo soy... Gowther —dijo, y tan sólo escuchó su nombre, Edric se sintió un poco desorientado.

¿Qué era lo que estaba haciendo?— pensó, pero después negó con la cabeza, tratando de regresar a la situación inicial. Notó como Nadja se acercó al de nombre Gowther, explicando algo sobre su rostro que parecía inofensivo. Edric se acercó de igual manera, colocándose a su lado.

—Por cierto, ¿eres un chico o una chica? —estaba confundida, y más por la forma de hablar de la persona, pero al ver su pecho descubierto, supo de inmediato su género—. Un chico... ¡justo como él dijo!

La sonrisa de ambos se esfumó al ver como Gowther acercaba una de sus manos a cada uno y tocaba sin vergüenza el pecho de Nadja y Edric.

—¡Eres una chica! ¡Las chicas tienen pechos blandos y suaves! —se dirigió a ella, para después girarse y mirar al contrario—. ¡Y tú eres un chico, como yo! ¡Los chicos tienen el pecho plano, pero es igual de blando! —el rostro de ambos estaba sonrojado, más el de la princesa, quien no dudó ni un segundo en darle una cachetada.

Uvas | GowtherDonde viven las historias. Descúbrelo ahora