01

2.8K 315 38
                                    

La música se escuchaba más fuerte desde la vereda. Minho recorrió dando pisotones los pocos metros que separaban su salón del local de al lado. "WOLFGANG", decía el letrero junto a la puerta.

Minho gritó desde la entrada:

— ¿Quién está a cargo?

El gimnasio no estaba lleno, pero había unas cuantas personas usando máquinas y levantando pesas y haciendo otras cosas que a Minho no podían interesarle menos. Dos chicos voltearon a mirarlo desde el mostrador.

— ¡Permiso! —Un chico bajito empujó a Minho para entrar, cargando una pila de cajas que lo superaba en altura—. ¿Estás acá para anotarte al gimnasio? —Sostuvo las cajas con una mano y extendió la otra hacia Minho, que se hubiera impresionado por sus músculos si no hubiera estado tan enojado.

— ¿Vos estás a cargo de este lugar? —Minho preguntó, sin aceptar la mano del otro.

—No, ese es Hannie. —El chico señaló hacia el mostrador—. Han Jisung. Yo soy Seo Changbin —dijo, con una sonrisa—. Cuando quieras empezar a entrenar, vení a buscarme. —Guiñó el ojo, flexionando un brazo para presumir sus bíceps.

Minho no tenía ninguna intención de buscarlo para nada, nunca.

— ¿Han Jisung? —preguntó cuando llegó al mostrador.

— ¿Sí? —respondió el chico de pelo castaño y un par de mejillas como de ardilla que lo hacían parecer más joven que los demás.

— ¿Ves esa pared? —Minho señaló a un costado, pero el chico no desvió la vista de él—. Estoy intentando dar clases del otro lado. Intentando, porque con todo tu ruido me resulta imposible.

— ¿Cómo es tu nombre?

—Lee Minho.

—Lamento haber interrumpido tu clase, Lino...

—Lee Minho.

— ...pero no puedo hacer nada.

— ¿Perdón? —Minho se cruzó de brazos y Jisung lo imitó—. Apagá la música, no te lo voy a pedir dos veces.

— ¿Hay algún problema? —El chico que ordenaba toallas detrás del mostrador se acercó a ellos.

—De hecho, sí —contestó Minho.

—Ninguno. —Jisung habló al mismo tiempo que él—. Esto es un gimnasio, mis clientes quieren escuchar música.

—Mientras tanto... —Minho se inclinó sobre el mostrador, acercándose a centímetros de él, pero Jisung no se movió. A Minho le dio la impresión de que Jisung se estaba burlando de él, por la sonrisita en sus labios—. Mis clientes están esperándome para tener su clase de ballet en silencio, así que...

—Andá, entonces. No quiero seguir viendo tu cara horrible.

— ¿Querés perder las piernas?

—Wow, esperen. —El otro chico estiró sus brazos largos entre los dos, queriendo mantenerlos separados. Minho apretó con fuerza el borde del mostrador, aguantando las ganas de golpear a la ardilla en la cara—. Lino, es nuestro primer día acá...

—Lee Minho.

— ...y no sabíamos que estabas dando clases al lado. Podemos bajar un poco el volumen, ¿te parece bien?

—No —Minho y Jisung dijeron simultáneamente.

—Necesito total silencio —insistió Minho.

—Y yo necesito que te vayas. —La sonrisa en el rostro de Jisung había mutado a una expresión cerrada que Minho no podía descifrar.

—Hannie, podemos llegar a un acuerdo. Bajemos un poco la música y...

—No, Chan. Dejalo irse.

Minho se fue. No porque Han Jisung se lo hubiera pedido, sino porque tenía cosas más importantes que hacer.

Silencio [Minsung] 📻Donde viven las historias. Descúbrelo ahora