Cada cabeza es un mundo y el mundo está lleno de luchas.
Jimin no era la excepción en ese momento. Las mechas encendidas sobre sus velas temblaban, mientras intentaba distraer sus pensamientos al leer uno de los tantos libros que encontró abiertos en la biblioteca del palacio, donde los instrumentos habían decidido estar, para no perturbar más a su amo... o ellos, seguir siendo perturbados.
—Se ha sosegado —Yoongi entró en el lugar, recibiendo las miradas de sus amigos, incluso la del candelabro que no quería saber más del tema.
—Pensé que iba a rugir toda la noche, no es para menos —Hoseok, compadecido, dejó notar su angustia en su regordete rostro.
—¿Por qué tiene que sufrir? —Jimin terminó preguntando, no pudo reprimir más ese reclamo en su pecho—... Ya ha pasado por mucho, ya ha padecido mil penas, ¿Por qué tiene que soportar también esto?... Tal vez... tal vez todo estaría mejor si nunca lo hubiera conocido —dijo, pensando en el dolor que estaba sintiendo su gobernante, empatizando completamente con él—... Todo es mi culpa.
—Jimin, no. No digas eso.
—Es verdad, Hobi. Yo dejé entrar a su hermano y luego sugerí que se relacionara con él... Sé que nunca he estado de acuerdo con el amo y que jamás aprobé su comportamiento agridulce y egoísta, pero eso no quiere decir que no me duela su dolor... y ahora, yo se lo provoqué.
—No es así. De verdad que no, Jiminnie —Yoongi intervino, queriendo tomar entre sus manos de madera las mejillas que el mencionado no tenía—. Tú... solo querías ayudarlo, querías que su pena fuera más llevadera.
—Pero no funcionó, solo lo hice más miserable... y él cooperó por nosotros, para salvarnos. Nunca pensé que este sería el desenlace, debí haberlo pensado mejor. Me siento tan impo...
Pero su oración fue irrumpida por Bomi, la reposapiés consentida del reino, que corrió, desesperada, hasta el ventanal de la gran habitación, tratando de anunciarles que algo sucedía afuera.
—¿Ha vuelto? —preguntó Hoseok.
La ilusión llegó, nuevamente, como un chispazo de electricidad.
Pero, aunque el corazón se les aceleró a niveles cardiacos, no fue precisamente por encontrarse con Taehyung en los jardines, sino por ver un centenar de personas enfurecidas, corriendo por los pasillos en dirección a la puerta principal del castillo, sin ninguna otra intención en sus mentes más que la de atacar.
—¡Intrusos! —exclamó Jimin, sintiendo el miedo emerger.
—¡¿Qué haremos?!
—¡Avisemos al amo! —Yoongi sugirió, sin poder creer lo que veía. Habían pasado muchos años desde que no miraba una multitud de gente, pero ésta, estando así de enojada, no era con lo que deseaba lidiar después de todo—... O hablemos con ellos.
—Pero esas antorchas... ¡Ellos vienen a pelear! —Hoseok tembló al hacer conjeturas, sin embargo, ser realistas era la única opción que tenían.
—¡Pues si quieren pelea, eso es lo que tendrán!
—¡Esperen! —Jimin volvió a hablar, totalmente confundido—, ¡Tienen el espejo del amo! —informó, al notar a uno de los tantos hombres con el objeto, caminando, fuertemente, sin atisbo de detención—. ¡¿Por qué tendrían el espejo del amo?!, ¿Y si algo le pasó al joven Kim? —Yoongi y Hoseok lo miraron; sus rostros brillaron ansiosos ante su pequeña y tenue flama nerviosa.
—Tenemos que averiguarlo.
Después de un breve llamado alarmante, todos los muebles que habitaban en el castillo se reunieron en el salón principal, armándose de valor para enfrentar lo que llegaría. No obstante, aunque creían que eran invencibles, simplemente por recibir la pelea en su propia casa, el miedo predominó cuando unos pesados golpes fueron dados en la gran puerta, destruyendo la madera en pequeños trozos y lanzando astillas por doquier.
ESTÁS LEYENDO
Beauty And The Beast || Kooktae
Fanfiction¿Quién podría, algún día, amar a una bestia? Quizá, Kim Taehyung, no era la doncella que la hechicera predijo que vendría, pero amaba a la bestia con toda su alma. Jeon Jungkook se había convertido en la luz de su vida. ¿Sería, su sentir, suficiente...