Capítulo 6
Lucas
Siento los músculos agarrotados, hago rodar mis hombros para liberar la tensión mientras bajo la escalera. Pensé que después de estar con Ashley conseguiría dormir como un bebé, demostró ser una mujer muy fogosa e insaciable. Con todo y eso, estuve más de una hora desvelado y mirando al techo. Haciéndome preguntas, cuestionándome mi actitud del último año. Al principio sentía cierta satisfacción con la vida disloca que decidí llevar. Sin embargo, últimamente me invade un vacío extraño, que no logro llenar con una noche de pasión.
Cuando estaba con Mary Ann me sentía pleno, feliz. No necesitaba nada más. Ella en cambio, no pensaba igual, no le bastaba con tenerme a su lado, con las noches de pasión que le ofrecía. En las que me entregaba a ella en cuerpo y alma, sin dejar una gota de amor en mi corazón, se lo entregaba todo. Solo a cambio de engaños y mentiras.
Trato de contener las emociones que intentan salir a la superficie. Ya no me permito sentir ningún sentimiento, me he acostumbrado a pensar con la mente y no tener en consideración las decisiones que quiere tomar mi corazón. De no haberlo entregado años atrás, ahora no estaría cuestionándome absolutamente nada. Encontraría satisfacción en cualquier mujer, no pensaría en vacíos o sentimentalismos estúpidos.
Al entrar a la cocina, alcanzo a ver una melena castaña que cierra la puerta tras de sí. Heather, también tuve unos minutos para pensar en ella y en todo lo que le hicimos Jessie y yo. Llegué a la conclusión de que, quizás nos pasamos un poco de la raya. Nunca me había parado a pensar en ello. Si hubiera sido más amable con ella, en este momento todo sería diferente. ¿Cómo habría sido nuestro encuentro? ¿Un abrazo efusivo de su parte? ¿Recordaríamos nuestra infancia juntos? Por desgracia, Heather recuerda algo muy distinto.
—Buenos días. ¿Esa que acaba de salir es Heather? —pregunto a los recién casados.
—Sí. Ha ido a la estación —contesta Janice. Su esposo no es muy buen conversador.
Ya tenía pensado darme una vuelta por la estación después de desayunar. Casualmente, ahora se me antoja mucho más. Me pongo el abrigo y apuro la taza de café. Cuando abro la puerta, el frío me golpea con fuerza. Me froto las manos y me dirijo a la estación. Desde donde estoy puedo ver a Heather tambalearse al caminar sobre la nieve. Lleva un gorro encasquetado hasta las orejas. Si me apresuro podría alcanzarla, pero no quiero ponerla sobre aviso, corro el riesgo de que cambie de idea y regrese a la casa. Quiero hacer las paces con ella o que al menos me dirija la palabra, no arruinarle las vacaciones. Un ligero viento me trae varios rizos a la frente. Solo elegí este lugar por lo apartado que está de la civilización y me agradaron las fotos de la revista. En cuanto al invierno, no es una de mis estaciones favoritas.
Se supone que otro propósito del viaje, es reflexionar. Mi padre murió hace seis meses atrás y me ha dado por pensar en la familia y en que me he quedado completamente solo. Los planes que hice junto a Mary Ann de tener hijos, se fueron al garete aquel día. Al igual que mi confianza en las mujeres y la esperanza de formar algún día mi propia familia. Tampoco debí acostarme con Ashley, no entraba en mis planes enredarme con ninguna mujer, sino más bien empezar a dejar esa vida atrás. Llevo más de un año repitiendo los mismos patrones y no me siento mejor, no he logrado olvidar la traición de Mary Ann, no he recuperado la confianza, ya no veo a las mujeres con los mismos ojos. Todas han perdido la inocencia, no veo ninguna clase de bondad en ellas y eso lo he podido comprobar con las tantas que me he llevado a la cama en este año. Aunque después de culminar el acto, algunas parecen ofendidas cuando las abandono o no las vuelvo a llamar, solo habla su orgullo, no sienten absolutamente nada por mi, yo tampoco por ellas. Pero me duele pensar que ya no existe el amor.
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̶U̶n̶a̶ ̶b̶o̶d̶a̶ y un billete de avión
Любовные романыHeather tiene todo lo que una mujer puede desear y para cerrar con broche de oro, está a punto de casarse. ¿Qué puede salir mal? -¿Me quieres? -Pregunto y suelto una risa histérica- ¿Crees que lo que acabas de hacer, lo haría alguien que me quiere...