Capítulo 10
Lucas
No sé si es de noche o de día o por cuanto tiempo he estado durmiendo. Mis ojos no se acostumbran a la oscuridad que me rodea. Tengo la boca seca y un sabor asqueroso. Extiendo el brazo hasta alcanzar la lámpara. Al incorporarme en la cama, siento la debilidad de mi estómago. Sobre la mesa de noche descansa un vaso que contiene un líquido que parece agua sucia. Heather, ella estuvo cuidando de mi. Sí, ahora lo recuerdo. Su mano sobre mi frente, la solución de bicarbonato, un delicioso caldo que me obligó a tomar. Jamás en la vida habría pensado que Heather dejara a un lado sus rencores infantiles por mi.
Cuando por fin estoy a punto de perder toda esperanza en las mujeres, Heather me demuestra que está hecha de otra pasta. Muy en el fondo no me sorprende. He tenido oportunidad de observarla estos últimos días, su amabilidad al tratar a los demás, su paciencia para soportar cada palabra que sale de boca Alex, el cariño que ha profesado por Valerie y también el tener que lidiar conmigo. Quizás va siendo hora de dejar atrás mis juegos infantiles y aceptar que Heather Jones me atrae y que después de lo que ha hecho esta última noche merece una tregua de mi parte.
En el cajón de la mesita de noche tengo el móvil y suelto un suspiro al descubrir que estuve todo un día en la cama. Una galleta más y no lo cuento. Lo primero que debo hacer es darme un baño y abrir la ventana, la habitación está cargada y en el ambiente hay un extraño olor, que empiezo a creer proviene de mi cuerpo.
La ducha me ha devuelto años de vida. Al rascarme la barbilla siento una barba insípida, no me molesto en afeitarme, quizás lo haga esta noche. Me encojo de frío al volver a la habitación y me apresuro a cerrar la ventana.
Estoy de espalda cuando escucho la puerta abrirse. Mi enfermera está con parte del cuerpo dentro, decidiendo si entrar o no. Me mira con la frente arrugada, no sé si esperaba encontrarme todavía en la cama, algo que podría haber ocurrido perfectamente. Solo de recordar lo mal que me sentí, me estremezco. Heather parece haberse quedado muda, entonces decido romper el silencio.
—¿Qué pasa, Heather? —le pregunto. —Esperabas encontrarme muerto.
Rompo mi promesa de hacer una tregua y dejo que la felicidad invada mi cuerpo al ver el cambio en su rostro.
—Por supuesto que no.
Me sujeto el albornoz a la cintura.
—¿Qué te trae por mi habitación? No me digas que has decidido aceptar mi oferta.
Se queda unos segundos en silencio.
—Claro que no. Solo he venido a ver cómo te encontrabas. Pero veo que vuelves a ser el mismo imbécil de siempre.
Se dirige hacia la puerta.
—Espera, Heather —la sujeto por el codo y le doy la vuelta. —Solo te estoy tomando el pelo. Muchas gracias por cuidarme.
Su rostro se suaviza.
—No ha sido nada. Lo hubiera hecho por cualquier persona en tu situación.
—Pero no soy cualquier persona. Soy Lucas, el niño que te hizo la vida imposible y que en el presente no deja de meterse contigo. Prometo portarme bien.
Dibujo un círculo sobre mi cabeza imitando una aureola.
—Eso espero —y abandona la habitación.
Lo primero que veo al entrar en la cocina, es la mano de Heather aterrizar en la mejilla de Alex. El fuerte golpe retumba en medio del silencio. En un rincón está Stella, ahogando los sollozos y Valerie la abraza en un vano intento de consolarla. La ira se refleja inmediatamente en el rostro de Alex, quien acto seguido, levanta el puño para estrellarlo contra el ojo de Heather.
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̶U̶n̶a̶ ̶b̶o̶d̶a̶ y un billete de avión
RomantizmHeather tiene todo lo que una mujer puede desear y para cerrar con broche de oro, está a punto de casarse. ¿Qué puede salir mal? -¿Me quieres? -Pregunto y suelto una risa histérica- ¿Crees que lo que acabas de hacer, lo haría alguien que me quiere...