Capítulo 22

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[Amber]

Mi situación actual era bastante complicada, me sentía confundida por James. No sé lo que se supone que deba de sentir, pero en estos momentos tenía miedo, en la mansión solos escuchaba rumores de los Meyer, hasta Mary estaba asustada.

Admito que también estaba preocupada, pero mi preocupación era por Amelia... carajo la extraño tanto.

Sali del dormitorio a buscar a Jason, al parecer estaba en la cocina.

- Buen día Amber- dijo el.

- Necesito un favor.

- Dime.

- Quisiera hablar con Amelia.

- Amber no se si eso sea posible, debo hablar primero con mi hermano.

- Pero es mi hermana, necesito verla.

- Lo conoces Amber, todo lo que yo haga o tu hagas, debes ser notificado con James.

Jason salió de la cocina, parecía estrasado y es bastante entendible, ya que el estaba a cargo de todo mientras James estaba en Alemania.

También pensaba cuando podría hablar con Amelia, sentía que no tendría libertades mientras estuviera aquí.

¿Esta es la vida que me esperaba?

[James]

- Dios...es horrible- dije al llegar a la mansión abandonada de los Meyer.

Me sentía como en silent hill, no había ni una alma en esa casa. Recorría los pasillos buscando algún tipo de oficina, pero lo único que veía eran recuadros de los Meyer rotos y con maldiciones escritas sobre estos, platos rotos, polvo, sangre y ratas... probablemente no salga vivo de aquí.

Después de varios minutos encontré una oficina, gracias al cielo!!

- Que?...- me pregunte a mi mismo, al ver todos los papeles, no había absolutamente nada acerca de Fredrick, es como si nunca hubiera existido.

Seguí explorando la mansión, hasta que encontré una puerta, se veía limpia como si los años no hubieran pasado. Intenté abrir la puerta pero estaba cerrada como llave.

Patee con fuerza y abrió, me sorprendió al ver que era la única habitación intacta en toda la casa.

Abrí los cajones y no encontré nada, el cuarto estaba totalmente vacío, excepto por caja llena de fotos y periódicos.

Todas las fotos eran de un hombre, pero su cara estaba rayada con marcador, ¿será Fredrick?. Los periódicos eran noticias de hace años, por suerte se alemán.

"Mas muertes misteriosas y macabras"

"¿Un asesino en Edimburgo?"

" 5 hombres descuartizados encontrados en un fosa, se cree que fue la mafia"

También me percaté de un papel bastante extraño, era de una nota psiquiátrica.

"El paciente presenta fuertes signos de trastorno bipolar, cambien trastorno de personalidad antisocial, así como un leve caso de esquizofrenia"

"Además este disfruta de torturar animales, y personas"

"Se recomienda tenerlo vigilado por un profesional y medicado"

"El paciente es altamente peligroso"

Tenían razón, era el mismísimo mal encarnado.

Mientras estaba leyendo la puerta se abrió de repente, me asuste y saqué mi arma.

- OH SANTO DIOS, NO ME DISPARE!!- grito una mujer mayor.

- Tranquila- dije y baje mi arma- quien carajos eres?!

- Solo váyase!, podría estar en peligro estando aquí!!

- Pues lo mismo digo para usted!

- Yo cuido esta casa!, bueno esta habitación.

- Quien es usted??

- No es importante, quien es usted??

- Soy James Logan, o Santoro como prefiera.

La mujer jalo de mi brazo y me saco de ahí rápidamente.

- Un Santoro no debería estar en territorio de los Meyer!!

- Así que conoce a los Meyer!, ya dígame quien es usted!

- Cuide al joven Fredrick...soy Rosa.

- Conoció a ese psicópata, perfecto, dígame todo lo que sabe.

- No creo que lo que yo sepa le sirva.

- Créame que me sirve, no solo es por mi, debo proteger a la mujer que amo.

- Mire solo diré que el joven Meyer era un pobre incomprendido. Siempre fue muy frío, distante y calculador con todos...jamas lo vi siendo amable con alguien, hasta sus padres le tenían miedo.

- Maldito loco.

- Créame que lo intentamos ayudar, lo llevamos con miles de psiquiatras, pero nada funcionaba, señor Santoro por favor tenga cuidado y váyase de Alemania, usted no es bienvenido aquí, vaya con la mujer que ama y no vuelva jamás. Si lo llegan a ver aquí lo mataran.

- Gracias Rosa.

Sali lo más rápido que pude, no soy estúpido, se que corría peligro estando aquí.

Era una idea bastante suicida si me quedaba más tiempo aquí, soy el mayor enemigo de esta nación.

Hice rápidamente una llamada para que el avión estuviera listo. También aproveche para llamar a Jason.

- Que tal todo por por allá?

- Bien, solo que Amber esta algo molesta.

- Me voy cinco días y la haces enojar.

- Claro que no solo, solo que tu chica quiere ver a su hermana.

- Carajo, mira habla con Hop y localicen a Amelia. Cuando llegue lo solucionaremos y lo haremos a mi modo.

- A tu reina lo que pida, no?

- Si, lo que quiera mi reina se lo daré.

[Amber]

- Como estas Mary?- pregunte al llegar a la cocina.

- Bien querida, solo que agotada. Una de las sirvientas enfermo, así que tuve que hacerme cargo- dijo mientras lavaba los platos.

- Por dios Mary deje ahí, yo lavo usted siéntese.

- Gracias linda...estas piernas creo que ya dieron lo mejor, cada día soy más vieja.

- Mary no diga eso, usted se ve muy bien a su edad, hasta diría que más joven.

- Ay querida créeme cuando llegues a mi edad lo entenderás. Eres joven y una chica muy hermosa, debes tener a un enamorado.

- Si, se llama Alex...bueno no se si aun seguimos estando juntos.

- Como lo conociste??

- En una cafetería hace 2 años, el me apoyo mucho cuando mis padres murieron.

- Lamento lo de tus padres. Ese tal Alex debe ser encantador.

- Yo...lo quiero, el es un gran hombre. Sabes Mary, jamás conocí a un hombre tan dulce como el.

- Querida no importa su es dulce o no, lo que importa es que lo ames y que te ame a ti y que sea capaz de mover cielo y tierra solo por ti.

Las palabras de Mary se quedaron en mi cabeza. Solo se me ocurría un solo nombre...y eso me hacía sentir tan mal.

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