28: La Guinda Del Pastel

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📍1986, Hawkins Academy

BLOOM

Desperté con emoción. Hoy iba a repartir venganza.

-Buenos días, Blu.-Robin plasmó un dulce beso en mi cabeza.

-Buenos días, Robs. Veo que estás de buen humor.-Sonreí.

-¿Cómo no lo voy a estar? Hoy hay una fiesta en la cual nos vamos a colar y, además, ya queda poco para acabar esta mierda de curso.

-Te comprendo.-Nos sonreímos mutuamente.

Ambas teníamos ganas de terminar con nuestra estancia en este retorcido lugar.

Las dos nos alistamos para bajar a desayunar y nos sentamos en la cafetería con Steve.

Mientras Buckley y Harrington hablaban me sentí observada. Antes de girarme para saber de quién se trataba el mirón, yo ya sabía quién era. Me giré y efectivamente... Era él.

Eddie Munson me observaba con su típica mirada de preocupación. Sí, esa misma que juzgaba hasta tu manera de respirar.

Ni siquiera quise aguantarle la mirada. Al darme cuenta de que era él quien me estaba mirando, aparté mis ojos de aquella dirección.

No quería saber nada de él. Al menos no ahora.

La mañana fluyó como siempre. Ni lento, ni rápido. Pero llegó la tarde.

-Blu, hablé con Vickie. Ella está invitada a la fiesta, así que nos ayudará a colarnos.-Robin me dijo mientras se ponía el sombrero para caracterizarse de Alex DeLarge. Ella ya estaba lista para la fiesta.

-Bien.-Contesté centrada en mi armario mientras buscaba la ropa necesaria para mi improvisado disfraz.

-Iré con Vics. Le tengo que prestar un sombrero que tengo para su disfraz de E.T disfrazado.

-Es un disfraz original.-Reí.

-Lo es.-También rió.
-Te esperaremos en la puerta de la azotea.

-De acuerdo.-Las dos nos sonreímos.

Robin se fue y yo tuve vía libre para hacer todo lo que debía.

Bajé hacia la cafetería. Allí se encontraba Phyllis acabando el pastel que había creado para Tina. A la tarta le quedaba ser cubierta por la blanca crema de mantequilla que utilizaría como glaseado. Tuve claro lo que tenía que hacer.

Me adentré más en la cocina, lo suficiente para poder hacer algo.

-Buenas, Phyllis.-Saludé.

-Hola, Bloom. ¿Qué te trae por aquí?

-Sé que no está permitido que nos des comida, ¿pero podrías hacer una excepción? Estoy en mis días y tengo un hambre increíble.-Inventé.

-Mmm... De acuerdo, pero no se lo digas a nadie.-Enarcó una ceja.

-Sabes que no.-Sonreí.

-¿Qué te apetece?-Preguntó.

-Un flan. ¿Podría ser?

-Bien, iré a buscarlos al frigorífico. Quédate aquí.-Puso una mano en mi hombro y se marchó.

La nevera donde se encontraban los flanes estaba lo suficientemente lejos para que a mí me diese tiempo a llevar a cabo mi plan.

Caminé con sigilo por la cocina inspeccionando cada estante. Frutas, especias, cremas enlatadas, aceites, frutos secos...

CÓMPLICES | Eddie MunsonDonde viven las historias. Descúbrelo ahora