Kara estaba en la cocina, preparando el desayuno cuando Lena apareció lista para empezar el día. Por poco y deja caer la jarra de café cuando la vio vestida con un elegante traje de tres piezas de color gris pizarra, su cabello negro pulcramente recogido y maquillada como si fuera a ir a la opera.
-Buenos días.-saludó- Me tome la libertad de preparar el desayuno.
Lena también hizo una toma completa de la mujer delante suyo, vestida con un sencillo traje de pantalón, camisa blanca y chaqueta haciendo juego. Llevaba su cabello suelto y todo peinado hacia atrás, dejando al descubierto unos impresionantes ojos azul claro.
-Gracias.-respondió la morena con una sonrisa-
Del refrigerador Lena coloco la leche, jugo y la fuente de frutas. Mientras Kara servía sus huevos rancheros con tocino y el café recién hecho. Temprano se había dado una escapada al supermercado para traer todo lo que necesitaba para abastecer la despensa. Esta mujer no sabía comer al parecer. Lena saboreó el olor de la bebida caliente y sonrió, necesitaba su dosis de cafeína diaria. Como lo había extrañado estando en el hospital. Allí fue donde lo sucedido finalmente decantó en ella. A su pesar, tuvo que reconocerse que había sido acertada la decisión de Jonn de hacer que Kara durmiera en la casa, Lena no estaba segura que hubiera podido pegar un ojo estando sola. No con tantos recuerdos a flor de piel. El plato humeante frente a ella la trajo a la realidad, ignorante de sus tribulaciones la mujer rubia se sentó frente a ella y comenzó a dar cuenta de su desayuno con apetito. A Lena le resultó intrigante la cantidad de comida que estaba ingiriendo, si realmente comía así debería, por lo menos, pesar el doble. Pero observándola ahora, y a la luz del día, se notaba a la perfección que Kara Danvers no poseía un solo gramo de grasa de más en todo el cuerpo. Toda ella era un enigma, y pocas cosas en el planeta despertaban la curiosidad de Lena Luthor fuera de sus proyectos tecnológicos. Su primera impresión de que Kara era una chica de granja no se había disipado del todo, tenía manos grandes pero sorprendentemente gentiles, se movía con sigilo a pesar de su aparente torpeza. Jonn nunca le había hablado de sus días en el servicio, de las cosas que había visto, o hecho, estando allí. Cuando nuevamente regreso de sus cavilaciones, notó que su plato estaba vacío. Se había terminado su propio desayuno, Kara recogió los platos y se disponía a lavarlos cuando la propia Lena saliendo de su nube le dijo que no era necesario. Que tenía personal de limpieza que se ocupaba de esos temas. Kara se encogió de hombros, guardó la leche y todo lo demás nuevamente en el refrigerador, entonces Lena lo vio. En su cintura la funda de un arma. Su cuchillo. Se detuvo en seco. Kara notó algo raro cuando escuchó a su jefa inhalar de manera aguda, sus ojos buscaron los aterrados ojos de Lena que miraba su cuchillo. Lo cubrió de inmediato con su chaqueta.
-Lo siento.-se disculpó con torpeza-
-No es mi asunto.-dijo Lena mostrando una seguridad que no tenía-Solo me llamo la atención que no usaras un arma, como todo el mundo.
-Nunca les encontré utilidad.-respondió la rubia-
Salieron hacia la empresa, entonces Kara no habló más. Se mantuvo a unos pasos por detrás de Lena desde que salieron del elevador hasta el coche que las esperaba, donde Kara se ubicó junto al conductor. Lena hizo las presentaciones pertinentes. Una vez dentro de su automóvil, Lena se sumergió en su mundo. Un sitio que conocía a la perfección, y del que estaba bien segura. En L-Corp. todos la recibieron con una sonrisa, cosa que Lena soportó con estoicismo ya que detestaba los dramas tan temprano en la mañana. Caminaba por delante, sin preocuparse por su custodia que se mantenía cerca, pero de un modo discreto. En el elevador privado nuevamente volvieron a coincidir, Kara observaba todo como una niña en un parque de diversiones. Llegaron al último piso, donde estaba la oficina central. Jessica, la secretaria de Lena la recibió con un simple buenos días, como si ayer hubiera visto a su jefa, y no hace más de dos meses.

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La Guardaespaldas
General FictionSer un Luthor no es fácil. Por lo que a veces es necesario que alguien nos proteja. y esta vez, esa protección se encuentra entre los brazos de una hermosa rubia, con una vida bastante complicada.