La madrastra de Lena, Lillian Luthor, se presentó temprano ese día en la empresa. Los viernes por lo general, Lena tenía una reunión con sus ejecutivos y se presentaban los informes de la semana. Por lo que toda la jornada era un intenso paseo entre sesiones y juntas. Lillian y Lena tenían una relación más que tensa, hasta cierto punto la empresaria comprendía su situación. Sospechaba que a ninguna mujer le haría gracia saber que su esposo no solo sostenía una relación paralela con otra mujer, y como si fuera poco, obligarla a aceptar al producto de esa infidelidad como si fuera su propia hija. Ella misma no estaba segura de hacerlo.
-Lillian, que inesperada sorpresa.-dijo la mujer más joven al verla traspasar sus puertas sin anunciarse y desoyendo los llamados de la secretaria de Lena-
-Ahórrate los elogios. No vine a hacer sociales.
-No, claro que no.-dijo Lena con sarcasmo-
-Hasta cuando vas a seguir sosteniendo esta farsa por todos los santos? Tu padre se pudre en la cárcel, los medios se hacen un maldito festín con esto y a ti no te importa.-Lillian alzó la voz-
-Ambas sabemos que mi padre es culpable.-dijo Lena con tranquilidad-Construyo su imperio pisando a mucha gente.
-Que hipócrita eres, bien que ahora tu gozas de esos privilegios.-disparó señalando con la vista la ostentosidad de la habitación-
-En parte si. Pero L-Corp también ha incrementado sus activos durante los últimos cinco años, y eso es gracias a mi, la empresa estaba en números rojos cuando asumí el control. Por lo que solo tienes la mitad de la razón.
-¡Si Lionel va a la cárcel, lo perderemos todo Lena! ¡Te has puesto a pensar siquiera lo que eso significa!
-Eso es una posibilidad. Pero no lo perderé todo Lillian. Volveré a levantar esta empresa de lo que quede.
-Vaya, vaya, eres más ambiciosa de lo que supuse.
-Te equivocas. Mucha gente depende de mi para llevar sustento a sus familias. Se lo que es pasar hambre Lillian, mi madre era una simple secretaria. Y no voy a permitir que el egoísmo y la avaricia de un hombre prive a los empleados de esta empresa de vivir como se merecen.
-Quiero que te retires de este juicio Lena, no vas a obtener nada con esto. Te lo advierto.
-No lo haré.
-La terquedad que heredaste de tu padre es admirable, y a veces es una cualidad, pero no en este momento. No te conviene ponerte en mi contra Lena.-Lillian se acercó hasta el sitio donde Lena la observaba sentada-Hare de tu vida un infierno si no te retiras.
-¿Es una amenaza, madre?
-Tómalo como quieras. Pero no creas que esa mujer te protegerá de mi.
-Vete Lillian y por favor no regreses. O llamaré a la policía.
El viernes por la noche, la CEO de L-Corp. había asistido a una gala a beneficio, un evento al que había sido invitada hace varios meses, Lena había dado su confirmación y donde una gran parte de la sociedad de Metrópolis se dio cita. Como era su costumbre, Lena asistió sola. En años anteriores había sido la acompañante de su padre, y hasta incluso había acompañado a Lex antes de que contrajera matrimonio con Lois Lane. Kara Danvers fue con ella en esta ocasión, tuvieron una amigable discusión acerca del vestuario que Kara usaría para ese evento. Simplemente la custodia había elegido un traje simple y zapatos cómodos, cosa que Lena se opuso tajantemente. No iba a llevar a su custodia vestida como la agente Scully al evento más importante de la temporada, por lo que tuvieron un viaje de última hora a la tienda para que Kara se surtiera de ropa para la ocasión. Así que, en medio de un silencio obstinado, la alta rubia se dejó conducir y soporto la prueba de vestuario hasta que Lena estuvo satisfecha con su aspecto. Pero respetando el deseo de Kara de pasar desapercibida, eligió un sencillo vestido azul y zapatos a tono. El resultado fue inesperado. Lena no supo como reaccionar ante la vista impresionante de la mujer, se reprochó a si misma su falta de profesionalismo al quedarse como una tonta observándola. No era que Lena no estuviera habituada a la belleza, era plenamente consciente de que era una mujer hermosa que atraía la mirada y el interés de hombres y mujeres por igual. Y siempre supo como jugar ese juego. Por lo que no debería sorprenderle que Kara sea llamativa a la vista, a pesar de sus intentos por pasar desapercibida. Sin embargo, ahí estaba. Desde la noche en que Lena se había quedado dormida en su cama, más concretamente en sus brazos, era como si todo lo que sucedía entre ellas estuviera conectado a eso. Recordaba haberse despertado durante la madrugada con la maravillosa sensación de estar envuelta en un abrazo tibio y firme, su espalda en contacto con cada ondulación y superficie del engañosamente suave cuerpo de Kara. Se movió un poco y escucho que Kara murmuraba algo en sueños y la atrajo más hacia ella. Inmediatamente Lena volvió a dormirse. Ninguna de ellas mencionó lo sucedido al día siguiente, ni después. Como si nunca hubiera pasado. Lena no estaba segura de que pensar al respecto. Lo que era mortificante.
ESTÁS LEYENDO
La Guardaespaldas
General FictionSer un Luthor no es fácil. Por lo que a veces es necesario que alguien nos proteja. y esta vez, esa protección se encuentra entre los brazos de una hermosa rubia, con una vida bastante complicada.