PARTE 9

283 24 0
                                        

Cuando Kara descendió del taxi, su madre salió a recibirlos. Desde que había comenzado todos los trámites para ser la tutora legal de Clark, Kara había hablado con Eliza todo el tiempo, manteniéndola al tanto de todo lo que sucedía. La mujer madura era casi una copia de Kara, cosa curiosa en verdad, el mismo color de cabellos y sus mismos ojos azules. Solo que los de la mujer más joven eran de un tono más claro. Clark se mantuvo apartado un poco, en lo que Kara y su madre se saludaban, mirándose los zapatos con incomodidad hasta que Kara lo llamo.

-Mama, el es Clark Kent.-habló la rubia con tono amable-Clark, ella es mi madre Eliza Danvers.

-Un gusto señora.-dijo el muchacho serio de repente-

-El gusto es mío Clark, Kara nos ha hablado mucho de ti hijo. Bienvenido.

Sin previo aviso, Eliza lo abrazó como para dar énfasis a sus palabras. Su expresión trajo recuerdos a Kara de cuando era niña, y Jeremiah la llevó a su casa. Se sentía tan ajena a todo. Pero nunca olvidaría la sensación de ese abrazo. Una de sus primeras experiencias con el contacto humano.

-Pero, vengan. Pasemos dentro, Alex y Jeremiah no tardaran en llegar.

Una vez dentro Kara dejo sus cosas en las habitaciones, recorrió su alcoba con la vista. Estaba casi tal y como la recordaba, y los olores. Era absolutamente increíble como podía recordarlos aun después de tanto. Su madre estaba en la cocina terminando de preparar el almuerzo, Kara se ofreció a poner la mesa y Clark a cortar el pan. Hablaron de cosas triviales, y Kara descubrió el talento natural de su madre para hacer contacto, en poco tiempo había adivinado que al chico le interesaba la ingeniería. Aun Clark estaba tenso y receloso, pero mayormente estaba bien. Un poco después llegaron su padre y su hermana. Y hubo que hacer las presentaciones de nuevo, pero ya en esta ocasión Eliza fue el puente, lo que hizo que todo fuera más fluido. Más allá de su aspecto serio y severo, Jeremiah era un hombre amable y dado a la vida hogareña, para Kara fue raro verlo sin el uniforme. Después de almorzar, Clark se disculpó y subió a darse un baño y a recostarse un poco.

Mientras Kara lavaba los platos, la familia disfrutaba de un café. Allí, pudo contar con mayor detalle como fue que lo conoció, y como llego a la decisión de adoptarlo. Su padre hizo las preguntas correctas y pareció satisfecho con lo que escuchó. Alex por su parte no se opuso. Sino todo lo contrario, estaba contenta de que su hermana finalmente haya encontrado algo que la atara un poco más a este mundo que hasta el momento no le había ofrecido nada. Kara se sinceró con ellos, al reconocer que una gran parte de su vida la desperdició tratando de comprender algo que no tenía explicación, y a causa de ello había perdido tiempo valioso en apreciar el enorme significado que sus padres representaban para ella. Así como Alexandra.

-Cariño, esta es y siempre será tu casa.-dijo Eliza abrazándola tan fuerte como sus brazos lo permitían-

Kara se dejo envolver, curvándose un poco para que su madre pudiera contenerla en su abrazo lleno de amor. De significado. De hogar.

Durante su estadía, los Danvers se dedicaron a disfrutar de la ciudad. Jeremiah gozaba de un breve permiso y Alex también había solicitado unos días para pasarlo en familia. Fueron al parque. Al cine. A comer. A veces todos juntos. A veces solo Kara y Clark. Y a veces Alex los acompañaba. Pero siempre disfrutaban de una velada familiar por las noches, allí Kara se reencontró con las noches de juegos. Cosa que después de enlistarse en el Cuerpo y después de todo lo que ocurrió, no lo volvió a hacer. Igual seguía siendo pésima en el Monopolio, sus inversiones se repartieron entre Clark y Alex.

El domingo salieron a dar un paseo, Alex se unió a ellos.

-Así que madre eh?-dijo Alex dejando otra ronda de cervezas sobre la mesa-

La GuardaespaldasDonde viven las historias. Descúbrelo ahora