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- No es nada, solamente el sentimiento de importarle a alguien...¡Pero después de eso estoy completamente bien! - Roier empezó a agitar sus manos en forma de negación -No seas un oso pendejo, tú sabes que si yo estaría mal te lo diría.

Mentira tras mentira, y Spreen lo sabía bien.

El castaño se sentó al igual como Spreen lo había hecho, solo sonría con sus dientes intentando transmitir confianza, pero el azabache ya estaba harto de solo ver como la persona que ama se desmoronó de a poco a poco sin decir nada, solamente muere en silencio.

Spreen estira sus brazos a cada lado, indicándole a Roier que lo podía abrazar, de un momento a otro las lágrimas no paraban de salir y este cayó a sus brazos, el azabache apretándolo pero no tanto como para lastimarlo, solo intentaba protegerlo y hacerlo sentir así, protegido por él.

- Perdóname, Spreen, enserio perdóname tanto.

El castaño no dejaba de lamentarse entre murmullos y sollozos que daba, este mantenía su cabeza recargada en el pecho del otro desmoronándose en sus llantos.

- No te lamentes, Ro, solo dime la verdad.

- No pue...si quiero pero-

Ni siquiera se entendí a si mismo, solo peleaba contra el hasta poder encontrar una verdadera solución para él,

ocultar todo.

El azabache acariciaba el pelo de Roier mientras este seguía en su pecho, llorando desconsoladamente pero eso a nadie le importa, bueno, al castaño si por sentirse tan ridiculo mostrándose así con su mejor amigo, se sentía como un niño chiquita con su globo desaparecido o su helado caído, pensaba en el aspecto que estaba dando ahora y como Spreen lo vería de hoy en adelante, como un exagerado y llorón.

- Ro, no quiero verte así, daría lo que sea por que seas la persona más feliz del mundo sin importar que tenga que dar, daría mi vida por verte cada día brillar más y no cómo estás ahora, no como un niño apagado que se guarda todo; sabes que yo estoy aquí y que tienes a tus amigos también, pero Ro, no ocultes lo que sientes.

Lo que estaba sintiendo Spreen era inexplicable, mientras intentaba conectar las palabras unas con otras, empezó a derramar unas cuantas lágrimas junto una voz cortada, rezaba por el hecho de que Roier no lo estaba viendo a la cara porque se sentiría más apenado que nada por ver un lado que ni siquiera se parece al Spreen de siempre, ese que solo te bardea por respirar y odia a todos, ese mismo Spreen.

- Spreen, nunca me sueltes, por favor.

Una rara petición para el momento, el contrario quedó sorprendido por las palabras que acaba de decir el chico, solo eran amigos de secundaria y se querían para todo la vida.

- Nunca lo haré, Ro, nunca.

Difícil la verdad, entre más quieres una persona es más grande la posibilidad de irse, solo eran unos chicos de 15 años pero aún así se amaban pero ninguno de los dos sabían de que manera era ese amor o su potencia, pero era la misma.
En algún momento se tendrán que separar, o alguien los tiene que separar

Y en el fondo, ellos lo sabían.

pretty boy ˗ˏˋ ★ ˎˊ˗ Spiderbear Donde viven las historias. Descúbrelo ahora