IX

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Sus ojos se habían conectado mutuamente, la brisa era fría y movía los cabellos de ambos chicos, todo estaba tan silencioso en esa calle, solo pasaban algunos carros pero lejos de ellos.

- ¿Por qué te vas, Ro?

Los chicos se quedaron el silencio, debería ser más sincero con su amigo si quería que todo volviera ser como hace unos días.

- Ahh...estaba regresando a mi...casa?

- Pero yo te vi bajar del coche de tu vieja, pasa algo?

El castaño bajó la vista, mirando sus zapas jordan que siempre utilizaba, un poco sucias pero no tanto para que se vean mal.

- Yo...no lo sé, Spreen. Perdóname por comportarme así contigo, yo...

Antes de terminar conectar las palabras que quería decir, dio un pequeño vistazo para arriba y sintió como unos brazos y un cuerpo alto se abalanzó a él.
Un nudo en su garganta se creaba pero no podía llorar de nuevo, con Spreen a su lado.

- No me digas nada, Ro, solo abrázame.

Y cómo lo dijo su amigo, el menor paso sus brazos a los costados del cuerpo del pelinegro, el tiempo se había detenido para ellos dos, les importaba un coño si otros los estaban viendo, los dos necesitaban ese sincero abrazo desde hace días.

Roier respiraba profundo y el perfume del chico llegaba a sus fosas nasales, olía demasiado bien, no cómo sus compañeros de aula que y apenas se ponian desodorante, era una fragancia fresca, a lavanda con hierbas y un toque avainillado.
Reconocía desde lejos ese olor tan hipnotizante que tenía el chico, no lo quería soltar.

- Tengo frío, Spreen...

- Entonces hay que quedarnos otro rato así.

Spreen sabía lo que sentía, o algo así; sabía que sentía algo por su amigo Roier, pero no sabía precisamente que era lo que sentía cuando lo veía, sus emociones se descontrolaban cuando lo tenía cerca, cuando sus manos chocaban o cuando el castaño le regalaba una sonrisa.
No había con quien más sintiera esa sensación de querer tener más contacto con alguien, Spreen estaba totalmente perdido en sus pensamientos que no se dio cuenta que el tiempo de entrada a la secu se había agotado, ya habían cerrado la puerta.bu

- Che, Ro ¿Queres ir a la secu o neh?

- ¿Si no vamos que haremos?

- Ahh... no lo sé, pero vámonos de acá.

El pelinegro se separó del abrazo para rápidamente tomar la mano de su amigo y aceleró el paso con preocupación, intentando que ningún padre o maestro los viera, mariposas se sentían en el estómago de Roier ¿Por qué? no lo sabía, pero estaba totalmente nervioso, sentía como su cara se enrojecía un poco y deseaba que Spreen no le viera la cara en ese momento.

- Jaja, ¿que te pasa, Ro? Estás re colorado.

Fuck, lo había capturado en el movimiento y estaba deseando que la tierra se lo comiese en ese momento. Lo único que me quedaba era hacerse el tonto.

- Eh?

- No nada boludo, olvidalo.

Spreen le soltó una sonrisa, antes de volver a acelerar el paso agarrado de la mano de Roier, se sentía como volar en un cielo lleno de dulces nubes, mirar la noche totalmente estrellada y una luna llena; no entendía lo que pasaba en su mente cuando los pensamientos del mayor llegaban a su cabeza.
Por primera vez después de 2 años, sentía el deseo de estar con alguien de por vida, aunque dudaba aguantar todo eso por una sola persona, una persona que lo hacía sentir como aquellas canciones de Milo J que el pelinegro lo hacía escuchar y que se volvió en su nuevo gusto musical, aquella brisa que se recorría por su cuerpo en un día totalmente caluroso después de jugar voley ball toda la hora libre, eso le hacía sentir Spreen.

No lo hacía sentir como DOM1NGO
Lo hacía sentir cómo Morocha y M.A.I

Estaban en 3er grado de secu, pero Roier ya había experimentado más de miles de emociones en sus 15 casi 16 años, malas o buenas, ya había sentido todas.

- Correle Roier! Que ya casi llegamos.

Estuvo tanto tiempo sumergido en sus pensamientos que se le olvidó que Spreen estaba ahí, agarrado de su mano y en todo este tiempo
nunca la soltó cómo si su vida dependiera de eso.

- Espérame wacho, que con tus corridas se me va el aire.

- Basta Roier, primero un cafecito no?

Roier sacó una risa fuerte al escuchar el comentario de su amigo, aún seguía siendo el, después de todo lo que le hizo y le dijo, el estaba a su lado sin importarle nada.

- Entonces, Ro. ¿Ya me perdonaste?

- Ah? ¿El mirarte no es un perdón o qué?

- No, chavon, ni que fuera un idiota, decime que me perdonaste y te tomaré enserio.

- Dale, Spreen, que hueva, y ¿cómo se supone que te lo diga?

- Roier, ¿Me perdonas por todas las idioteces que hice? ¿Podrías?

- No.

- AHHH, ¡DALE ROIER NO VES QUE SAQUE LO MÁS LINDO MÍO Y VOS HACIÉNDOTE EL PELOTUDITOO!



















"Roier, yo te amaba tanto ¿Por qué?"














"..."














"Ro?"













"¿Para cuando volvés?"














"¿Volverás al caso?"

"¿Volverás al caso?"

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pretty boy ˗ˏˋ ★ ˎˊ˗ Spiderbear Donde viven las historias. Descúbrelo ahora