✧ ⸻𝐈𝐈𝐈 | 𝐊𝐢𝐥𝐥 𝐦𝐲 𝐦𝐢𝐧𝐝

1.5K 175 13
                                    

↳ «Don't go wasting your devotion
lay all your love on me»̥*

—¿Puedes quedarte? —la pregunta de Sylvie me tomó por sorpresa, sabía todos los shots que le habían proporcionado Carlos y Lando, pero dentro de todas las bromas tontas que había hecho no esperaba esto

¡Ay! Esta imagen no sigue nuestras pautas de contenido. Para continuar la publicación, intente quitarla o subir otra.

—¿Puedes quedarte? —la pregunta de Sylvie me tomó por sorpresa, sabía todos los shots que le habían proporcionado Carlos y Lando, pero dentro de todas las bromas tontas que había hecho no esperaba esto. Me dí la vuelta para ver su rostro, notaba en sus ojos verdes que estaba siendo sincera.

No sabía qué responder, la mujer me interesaba, más de lo que pretendía aceptar pero a fin de cuentas no la conocía, y no quería hacer nada de lo que ambos nos arrepintieron mañana.

—¿Por favor? —murmuró, sabía que lo hacía por el alcohol en su sangre, pero no podía negarme ante esos ojos verdes que me veían con ternura.

—Bien —reí, nunca hubiese pensado que mi noche terminaría así.

Me senté en la orilla de la cama dejando mi chaqueta sobre una de las sillas cercanas mientras la mujer cerraba levemente los ojos, se notaba agotada.

—Gracias Lew —susurró, era un apodo tierno —me aterran las habitaciones de hotel —rió sin mucho ánimo.

Estaba claro que no iba a dormir con Sylvie, solo me quedaría hasta que durmiera y luego me iría a mi habitación y sabía que dormir no le iba a llevar mucho.

Notaba como su respiración se volvía cada vez más lenta y ya no había rastro de esos ojos verdes que me recordaban a una pradera soleada, decorados con largas pestañas y unas cejas cubiertas levemente por su cabello que estaba un poco desordenado sobre su frente, su naríz tan tierna y fina rebosante de pequeñas pecas que se extendían por su rostro, sus labios rosados y carnosos que me habían dado muchas sonrisas. Era una mujer muy hermosa, pero no sabía hasta qué punto era bueno el amor, prefería estar enamorado de mi monoplaza y tener la compañía de Roscoe, me ahorraba muchos problemas.

Cuando la mujer ya estaba completamente dormida, que no tomó demasiado, me levanté lentamente de la cama, esperando no despertarla y apagué las luces.

—Buenas noches Sylvie —murmuré para salir, cerrando la puerta cuidadosamente. Había sido un largo día y no veía la hora de volver a Mónaco.

¡Ay! Esta imagen no sigue nuestras pautas de contenido. Para continuar la publicación, intente quitarla o subir otra.
Illicit Affairs [Max Verstappen, Lewis Hamilton]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora