✧ ⸻𝐕 | 𝐇𝐚𝐩𝐩𝐢𝐥𝐲

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↳ «Mamma mia, here I go again
My,my, how can I resist you?»̥*

Me senté en el cómodo sillón gris, estaba muy nervioso, no sabía en qué momento se me había pasado por la cabeza que era una buena idea venir hasta la casa de Sylvie por una tonta chaqueta que no necesitaba, tal vez era la excusa perfecta para vol...

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Me senté en el cómodo sillón gris, estaba muy nervioso, no sabía en qué momento se me había pasado por la cabeza que era una buena idea venir hasta la casa de Sylvie por una tonta chaqueta que no necesitaba, tal vez era la excusa perfecta para volver a estar con la mujer tras la noche anterior.

—¿Quieres tomar algo? —habló la mujer que se veía tan serena, a diferencia de mi que era un manojo de nervios —Aunque no se muy bien que hay en mi nevera —rió sincera, suponía que acababa de llegar de su vuelo y que había venido a molestarla.

—Estoy bien con agua —sonreí también, intentando ser amable. La mujer asintió dirigiéndose hacía la cocina saliendo completamente de mi campo de visión. Me dispuse a admirar lo bonita y bien decorada que estaba su casa, constaba de paredes blancas pero con un aspecto rústico, con cuadros, decoraciones pequeñas, alguna que otra planta, era un lugar acogedor y muy encantador. Sylvie volvió con un pequeño vaso en sus manos entregándomelo en cuanto llegó a mi lado.

—¿Acabas de llegar de vuelo? —Pregunté mientras le daba un pequeño sorbo.

—Hace unos cuantos minutos —sonrió mientras tomaba asiento en otro sillón en frente del que yo estaba.

—¿Alguien te trajo? —cuestioné, si esta era mi manera de intentar averiguar si era soltera, era muy mala.

—Max —replicó un poco dudosa.

—¿Verstappen? —consulté confundido.

—Max Verstappen —rió un poco.

—No sabía que se conocían —repliqué, estaba siendo sincero, aunque realmente no conocía para nada a la mujer, podrían ser mejores amigos y no habría manera de que lo supiera.

—Nos conocemos hace unos cuantos años —informó la ojiverde —aunque no nos llevamos exactamente bien —concluyó.

—¿Puedo preguntar? —sentía curiosidad por su respuesta, era extraño que no se llevaran bien pero que el hombre la trajera del aeropuerto a su casa.

—No —la respuesta fue rápida y concisa —no hay nada muy interesante —rió, entendía si no quería contarme, realmente no éramos cercanos. Asentí ante su respuesta, no pensaba insistir más en ello, ni incomodar a la mujer.

—¿Cómo está Roscoe? —consultó mientras me veía directamente a los ojos, no era una pregunta que esperaba.

—Bien —reí un poco —creo que voy a llevarlo a la carrera del próximo fin de semana —mencioné honestamente, ella me dió una gran sonrisa, suponía que le agradaba mi perro.

Illicit Affairs [Max Verstappen, Lewis Hamilton]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora