Illicit Affairs [Max Verstappen, Lewis Hamilton]

✧ ⸻𝐗𝐈𝐈𝐈 | 𝐃𝐞𝐥𝐢𝐜𝐚𝐭𝐞

↳«Honey, I don't wanna share»୭̥⋆*｡

De alguna manera ver a la mujer besando a Hamilton con tanta pasión me repudiaba y la idea de golpearlo era tan placentera en mi mente que tal vez dejé que el alcohol, la agitación y la ira tomaran el control de la situación llegando frente al hombre (a quien le sacaba unos cuantos centímetros) y proporcionándole un gran golpe en su rostro. Noté la sorpresa en Sylvie y en quienes nos rodeaban pero, la adrenalina que corría en mis venas era más fuerte que cualquier otra cosa y aunque el inglés me proporcionaba unos cuantos golpes no podía sentir nada, no era consciente de mis actos solo sabía que quería acabar con él.

Los fuertes brazos de otro hombre que intervenía en la situación intentando separarme del inglés hicieron que me enfureciera y ante su tacto también respondiera golpeándolo.

—Una mierda Verstappen —habló el inglés más joven Mercedes, al parecer ambos querían matarme hoy.

—Es suficiente —chilló Sylvie con tanto enojo que me hacía estremecer. George detuvo su golpe dándome una mala mirada y dejándome en el suelo —Eres un completo tonto, un patán tan infantil y patético que solo me das lástima —habló severa, era extraño ver a Sylvie tan enojada sobre algo pero, aquí estábamos, la mujer reprendiéndome enfrente de todo el mundo.

—Sylvie —murmuré.

—Sylvie una mierda, estoy cansada de la persona en la que te convertiste Max Verstappen y no sabes cuánto disfrutaría de golpearte pero, solo me rebajaría a tu nivel —concluyó con desprecio acercándose a Lewis para preguntarle si estaba bien.

Este era el momento exacto en el que me di cuenta que deseaba ser el inglés. Viéndolos de pie frente a mi, deseaba ser yo a quien besaba, por quien se preocupara, a quien ama. Sabía que había jodido todo nuevamente y esta vez en grande, no sabía si Sylvie me perdonaría alguna vez pero, sabía que tenía que intentarlo y tenía que hacerlo ahora.

Me incorporé sintiéndome un poco mareado, al parecer seguía muy borracho. Caminé pasando a los dos ingleses para salir del lugar, no me interesaba con quien había llegado, necesitaba volver solo y pensar todo muy bien, necesitaba encontrar la manera para que Sylvie me perdonara y es lo que haría en el camino a casa.

Mientras escuchaba el motor del auto rugir pensaba en sí tal vez devolverle su pulsera que alguna vez le había regalado sería una buena idea, aunque era posible que volviese a tirarmela en la cara. Creía que regalarle un anillo completamente igual al que alguna vez había perdido en un día de playa y por el cual había llorado mares era una idea mucho mejor, realmente quería hacerlo pero, tendría que llamar mínimamente a todas las joyerías en Mónaco para ver cuál tendría un anillo con la pequeña tanzanita que lo decoraba y por la cual la mujer era tan apegada a la joya, además claro, de que era un regalo de su padre.