Illicit Affairs [Max Verstappen, Lewis Hamilton]

✧ ⸻𝐈𝐗 | 𝐒𝐡𝐨𝐰 𝐦𝐞 𝐡𝐞𝐚𝐯𝐞𝐧

↳ «I've fallen in love and it's better this time
Than I've ever known»୭̥⋆*｡

Traer a Sylvie a ver las estrellas era algo más que improvisado, realmente odiaba ver a la mujer triste y más aún por un patán como Max Verstappen, y en realidad había salido mejor de lo que esperaba. Me sentía hipnotizado ante la imagen de la mujer en las estrellas y notaba como sus ojos ponían en vergüenza las brillantes estrellas italianas. Había algo en ella que me hacía sentir cada vez más cautivado y su belleza ya no solo me parecía encantadora, me resultaba exquisita; los sentimientos que habían empezado como un capricho se convertían cada vez más en algo real y aunque me aterraba, sabía bien que mientras más los reprimiera, más grande se tornarían. Al final pretendía aceptarlo y realmente esperaba que la mujer correspondiera a las descabelladas emociones que profesaba, sobre todo mientras la veía dormir en el asiento del copiloto, con su cabello desordenado que reposaba levemente sobre su rostro y sus labios entreabiertos que le daban un aspecto de tranquilidad complementado con su lenta respiración. No podía ocultar la pequeña sonrisa que se formaba en mis labios mientras que le daba una que otra mirada a la inglesa solamente interrumpida por el estruendoso sonido de su teléfono que me informaba de una llamada. Lo tomé rápidamente con intención de rechazarla y que el sonido no la despertara pero, que la persona que estaba llamado estuviese agendada como "Max" acompañado de un corazón hizo que la curiosidad me ganara, y que contestara rápidamente la llamada llevándome el aparato a la oreja.

—Lo siento muchísimo Sylvie, se que ahora me odias y que cualquier cosa que diga no va a cambiarlo, sé que fui un completo tonto y sé cuanto odias que actúe como un patán, pero te necesito más de lo que puedo aceptar y te amo más de lo que quiero admitir —las palabras del neerlandés me dejaron confirmar que era Max Verstappen el que llamaba y al mismo tiempo me sentía un poco culpable por ser yo quien escuchaba sus lastimeras disculpas. No sabía muy bien cómo debía reaccionar —¿estás ahí Sylvie? —cuestionó el hombre ante el silencio prolongado que se había formado.

—Número equivocado —intervine terminando nerviosamente la llamada, sintiéndome avergonzado por haber invadido la privacidad de la mujer. Sabía bien que no le iba a contar sobre mi vergonzosa actuación.

Manejé por lo menos una hora hasta llegar al hotel, estaba más que cansado, había sido un día muy largo, pero la imagen de Sylvie aún somnolienta ante mi me daba la poca energía que necesitaba para llevarla hasta su habitación.

—¿Crees que nos haya visto alguien al entrar? —quiso saber nerviosamente, no comprendía muy bien si lo hacía por Max o por el encuentro del viernes con Toto, aún así me mantuve gentil.

—No lo creo —sonreí un poco notando como la mujer se destensaba.

—Gracias por todo lo que has hecho por mi hoy —sonrió viéndome con ternura.

—No es nada Izy —repliqué con dulzura advirtiendo como sus ojos se iluminaban y su sonrisa era más sincera. Estábamos en el umbral de su habitación y aunque el frío se calaba en mis huesos podría quedarme aquí toda la noche solo admirando sus ojos verdes que se veían extremadamente cansados, sabía que esa era la principal por la que debía irme, Sylvie necesitaba descansar.