Capítulo 7

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–¿Padre? ¿Te encuentras bien?–Kogoro se acercó a Edgar y se sentó junto a él.

–Kogoro...No noté que ya habías llegado. ¿Cómo está tú gato?

–El gato está bien, el que me preocupa eres tú, padre.–Kogoro le hizo una seña al gato para que fuera al jardín, este obedeció.

Karl se subió en la cabeza de Poe, mientras este último trataba de tranquilizarse.

–Estoy bien, hijo, gracias.

–No, no estás bien, padre...¿Por qué mi papá y tú ya no se aman?

Edgar sintió una apuñalada al corazón al escuchar esas palabras salir de la boca de su hijo, era un tema que le dolía afrontar, pero sentía que debía dejar en claro sus sentimientos ante su niño.

–Kogoro...Yo amo a tu padre con todo mi ser, mi corazón y alma le pertenecen.

–Entonces, ¿por qué discuten tanto?

–Bueno, eso es difícil de responder–Poe abrazó a su hijo–Es algo complicado de explicar, cariño...Mira, cuando la gente crece tiene más responsabilidades y problemas con los que lidiar, y eso provoca que se distancien de las personas que aman.

–Ó se a que...¿yo fui la razón de su distanciamiento?

–No, no, no, amor. De hecho es gracias a ti que tu padre y yo tratamos de estar más unidos.

–Hmm...¿y por qué no están más juntos?

–Bueno...he de admitir que eso es mi culpa.

–¿Por qué lo dices, padre?

–Porque no quiero lastimar más a tu padre.

–¿Lastimar? ¿A qué te refieres?

–Esa vez que tu padre y yo nos peleamos en la Agencia...La verdad espero que no lo recuerdes.

–Te soy sincero, dudo que algún día lo olvide.

–Y yo desearía que lo olvides, cariño...Bueno, el punto es que ese día, cuando volvimos a casa, tu padre no paró de llorar en toda la noche, y yo tampoco dormí ese día, me sentí muy culpable por todo lo que le dije, y desde ese día preferí ya no estar tan cerca de tu padre...No quiero lastimarlo de nuevo.

Hubo silencio durante unos segundos, pero no era un silencio incómodo, era más bien uno tranquilo, como si cierta parte de la presión y el dolor con el que ambos cargaban, se estuviera esfumando poco a poco.

–Entonces...¿Crees que si se llega a dar la oportunidad ustedes estarán más tiempo juntos?

–Haremos lo posible, amor, lo prometo.

–Te lo agradezco, padre...A propósito, no es que no aprecie este momento contigo, pero preferiría que dejes de abrazarme.

Al escuchar esto, Poe soltó inmediatamente a su hijo, no quería que se sintiera incómodo.

–Perdón, pequeño.

–No es tu culpa, padre. Es solo que no me siento cómodo con el contacto físico.

–Entiendo...Cariño, dime una cosa...

–¿Sí?

–¿Cómo te sientes con respecto a tu vida? Sé que es una pregunta difícil, y más por que estás muy pequeño, pero eres inteligente, y creo que ya sabes por qué te hago esta pregunta.

–Creo suponer que lo dices por que mis únicos amigos son un gato y un mapache, y para responder tu pregunta...Pues...no sé...¿vacío? Sí, esa es la palabra adecuada...Vacío.

Nunca lo di por perdido. (Ranpoe)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora